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Reportaje:PEKÍN 2008 | Atletismo

El maratón del rey

Bolt, el más rápido del mundo, inicia el asalto a su segundo gran objetivo, los 200 metros

Carlos Arribas

Sin apenas tiempo para comerse unas alitas de pollo, llenarse la boca de chucherías y dormir todas las horas posibles, Usain Bolt volvió al tajo esta madrugada. Se calzó las puma doradas, anudó los cordones, posiblemente mejor que cuando su final de los 100 metros, que corrió con el izquierdo suelto, y echó a andar camino de su segundo objetivo, el oro en los 200, su prueba, del que le separan cuatro etapas en tres días: dos series (hoy), las semifinales (mañana: 15.25, hora peninsular española) y la final del miércoles (16.20). Será el esprint más largo del rey de los 100 metros. El día siguiente, el jueves, cumplirá 22 años. Los podrá celebrar como doble campeón olímpico, como rey indiscutible del esprint. Cuando el último atleta consiguió el doblete olímpico de la velocidad (Carl Lewis en Los Ángeles 1984), él no había nacido.

"Será capaz de batir mi récord", dice Johnson, "pero no ahora. Hará 19,50s"
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Bolt, ¿de paseo hacia un récord inalcanzable?

Pero quizás tampoco haya nacido aún un atleta con un talento tan precoz como Bolt, quien a los 16 años ya era dos veces campeón mundial juvenil de los 200 metros y a los 17 y ocho meses, en abril de 2004, se convirtió en el velocista más joven que ha bajado de los 20 segundos en la media vuelta a la pista: 19,93s, récord mundial junior que permanece. Bolt, como Donald Quarrie, el atleta más venerado de Jamaica, es un hombre de 200 metros, la única religión de la isla, que sólo se sintió pleno el día de junio pasado en que batió, con 19,83s, el récord nacional que el campeón olímpico de Montreal 1976 había fijado en 1971 en 19,86s, en la altura de Cali. Sólo le falta igualar su título olímpico.

Bolt es un Tommie Smith -la misma altura, el mismo pie, la misma zancada engañosamente relajada, la misma aceleración brutal en la recta que el campeón de México 1968- al que su entrenador, Glenn Mills, intentó convencer, siguiendo los viejos cánones del atletismo, de que su distancia natural era el 400. Bolt, siguiendo los dictados de una irreprimible tendencia a la pereza, se negó a entrenarse más, por lo que Mills dio la vuelta a la propuesta. Le convenció de que para mejorar en la curva del 200, su lunar, debería acortar la zancada, demasiado amplia, demasiado descompensada, tanto que más que impulsarse se frenaba después de cada paso. Para conseguirlo necesitaría hacer más pesas, gastar más horas en el gimnasio, trabajar brazos y torso. Curiosamente, el tratamiento para el 200, el acortamiento de la zancada, supuso una mejora tremenda en su eficiencia, lo que le convirtió de la noche a la mañana, en sólo unos meses, en el mejor atleta de la historia en los 100.

Y quiere ser también el mejor en los 200, un puesto que lleva 12 años ocupando un atleta norteamericano al que se podría considerar el reverso de la medalla: Michael Johnson, el del tronco erguido, los pasos cortos, la increíble frecuencia. Su marca, 19,32s, es, dicen los expertos, el récord más caro. ¿Inaccesible también para el fenómeno Bolt?

"No pienso en el récord, sino en ganar el oro", dice Bolt, que quizás encuentre más oposición en los norteamericanos Walter Dix y Wallace Spearmon que la que le opusieron en los 100 Thompson y el propio Dix, tercero: "He venido a por el doble. Ya tendré tiempo de pensar en el récord". "No está aún preparado para el récord", dice su entrenador; "debe mejorar aún su capacidad de fuerza-resistencia, mantener más tiempo su fuerza máxima".

En junio de 1996, Johnson había batido, con 19,66s, los históricos 19,72s que Pietro Mennea había fijado como récord mundial en 1979. Dos meses después, en la final olímpica de Atlanta, lo rebajó 34 centésimas. Hace un mes, Bolt dejó el récord de Jamaica en 19,67s, la mejor marca mundial del año. Para batir el récord del norteamericano debería darle un mordisco de 36 centésimas. "Será capaz de hacerlo, pero no ahora", dice Johnson; "tiene tiempo para lograrlo. Aquí se quedará en 19,50s".

Usain Bolt, en el podio, con su medalla de oro conseguida el sábado en los 100 metros.
Usain Bolt, en el podio, con su medalla de oro conseguida el sábado en los 100 metros.AFP

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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