Con el fondo en movimiento

Antes de nada, hay que buscar el equilibrio. Después, sólo hará falta balancear el cuerpo hacia adelante o hacia atrás y, enseguida, este vehículo eléctrico de dos ruedas empezará a avanzar o retroceder. Se trata del segway, una especie de patín inventado en 2001 por el estadounidense Dean Kamen que se mantiene constantemente en posición vertical y que, desde hace un par de años, se ha convertido en un medio de transporte urbano alternativo -lo han empleado incluso los policías municipales de Alcobendas y del distrito Centro de Madrid-.

Y es que precisamente algunos medios de transporte esconden una ventaja a menudo olvidada: no sólo sirven para desplazarse. Pueden ofrecer formas distintas de descubrir la ciudad y sus alrededores aprovechando diferentes puntos de vista. Con un segway, por ejemplo, es posible visitar el Madrid de los Austrias o pasear por la Casa de Campo en rutas de unas tres horas de duración, organizadas por las empresas Urban Móvil (www.urbanmovil.com) o Madrid Segway (www.madsegs.com). Y quizá el Templo de Debod, la plaza de España, el Palacio Real o la plaza Mayor adquieran una perspectiva reveladora desde esos vehículos, que no superan los 12 kilómetros por hora.

Se puede recorrer el centro en 'segway' o sobrevolar Aranjuez en globo

Los que, en cambio, prefieran mantenerse fieles a los patines de toda la vida pueden enfilar algunas de las rutas habilitadas y frecuentadas habitualmente por patinadores y rollers, como el paseo de Coches del parque del Retiro o tramos del paseo de la Castellana. Por si no se animan a ir solos, existen clubes y grupos que organizan recorridos y excursiones. Desde el museo de escultura al aire libre del parque Juan Carlos I hasta la Dehesa de la Villa, el parque de Berlín o el de la Bombilla. La asociación Roller Madriz (www.rollermadriz.es), por ejemplo, tiene programada una quedada de aficionados para las ocho de esta tarde delante de la Casa de América.

Para escaparse de la ciudad y disfrutar de la naturaleza en sus alrededores, a lo mejor durante el fin de semana, un paseo a caballo constituye una opción relajada y asequible. Desde la colonia de Mirasierra hasta El Escorial, pasando por Colmenar Viejo o San Sebastián de los Reyes, la Comunidad de Madrid cuenta con decenas de cuadras, picaderos y centros hípicos. Entre otras actividades, organizan paseos por el campo y clases de equitación por unos 12 euros la hora. Para más información pueden dirigirse al Consorcio Turístico de Madrid (www.turismomadrid.es).

Ver Madrid desde el cielo es otra forma de conocer la capital, por ejemplo, en un recorrido en globo aerostático desde la aeroestación de Leganés (www.aerospana.com) hasta Aranjuez, o sobre la cuenca del Guadarrama. Si no quieren salir de la ciudad, el teleférico, que está a punto de cumplir 40 años, recorre casi dos kilómetros y medio a unos 40 metros de altura entre el paseo del Pintor Rosales y el corazón de la Casa de Campo.

Ese parque podría convertirse en punto de partida para una ruta en bicicleta, por ejemplo desde la estación de metro de Batán hasta el puente de los Franceses. Es uno de los paseos recomendados por la asociación de cicloturismo Amigos del Ciclismo (www.amigosdelciclismo.com), que también destaca recorridos por el Parque Regional del Campillo, donde se encuentra el Centro de Interpretación de la Naturaleza de la Comunidad de Madrid, al que se puede llegar con la línea 9 de metro en dirección a Rivas-Vaciamadrid.

A propósito de transportes públicos, conviene recordar que en Madrid puede bastar con subir a un autobús para disfrutar de un recorrido histórico. No se trata de ningún bus turístico. La línea 3 de la EMT, por ejemplo, pasa por las calles de Bailén, Mayor, Hortaleza, por la Puerta del Sol, el barrio de Chamberí, la Gran Vía... Un pequeño lujo por tan sólo un euro.