El estafador de Salvaterra ingresa en prisión sin fianza
'Josiño' timó casi cuatro millones a compradores de pisos
La juez del Juzgado de Instrucción Número 2 de Ponteareas decretó ayer el ingreso en prisión de José Manuel González Grandal, Josiño, presunto autor de una millonaria estafa inmobiliara en Salvaterra y otros municipios gallegos. González Grandal se hallaba en busca y captura desde mayo y fue detenido el lunes en el hotel de cuatro estrellas de San Sebastián donde se hospedaba. En el juzgado, se acogió al derecho de no declarar.
Josiño desapareció de Salvaterra, su pueblo, después de asistir a la primera comunión de su hija, cuando ya existían denuncias contra él, su compañera sentimental, la colombiana Diana Patricia López Carmona, que tenía la franquicia de Benetton en el centro comercial Plaza Elíptica de Vigo, y contra su socio José Carlos Barros Romero, que escapó días antes que Josiño tras conseguir un crédito de 300.000 euros en la sucursal de Banesto en Salvaterra
Los tres prófugos habían vendido viviendas y locales comerciales sobre los que no tenían ningún derecho y por los que solían cobrar anticipos del 10% de su valor en concepto de reserva. A este efecto, González Grandal aprovechaba su experiencia como agente inmobiliario, empleo que ejerció en varias agencias del área de Vigo para localizar viviendas en construcción que luego incluso visitaba con los candidatos a comprarlas (en horas en que nadie pudiera destapar su farsa). La juez ordenó ayer su ingreso en prisión provisional sin fianza por un delito de estafa agravado en concurso con otro delito de falsedad de documentos privados.
Las víctimas de sus estafas podrían llegar al centenar. La mayoría son emigrantes de Salvaterra, Santiago, Redondela y As Neves en Mallorca, Barcelona o Cádiz.
Entre los denunciantes, figuran 10 residentes en Mallorca que compraron 24 pisos y entregaron a cuenta un millón de euros aproximadamente. En sus viajes a Mallorca, donde encontró uno de sus principales filones, Josiño se alojaba en hoteles de cinco estrellas y alquilaba coches de lujo para disfrutarlos e impresionar a sus clientes.
Los estafados que residen en Galicia serían unos 30, de los que el abogado Alejandro Vega representa a 13. Vega estimó ayer en unos 250.000 euros el total de lo estafado a sus representados. Fuentes de la Guardia Civil calcularon el volumen total del fraude en cerca de cuatro millones de euros.
Josiño desarrolló esas actividades durante algo más de un año, con un peculiar modus operandi. Ofrecía las viviendas a precios inferiores a los del mercado y, después, a cambio de que éstos captasen nuevos clientes, les ofrecía primero una comisión y, cuando le entregaban el dinero y los contratos firmados de amigos y conocidos, les regalaba la entrada de un piso en construcción en Cangas o Moaña a precios de ganga. Llegó a enseñar pisos piloto y viviendas acabadas para que sus víctimas comprobaran la calidad de los materiales y los remates. También vendía los mismos pisos y locales a distintas personas.
Josiño utilizó el nombre de su tío, Arturo Grandal, alcalde de Salvaterra, y el de un directivo de Caixanova en la localidad, como garantía de las falsas operaciones. El regidor, consternado, puso a disposición de los estafados los servicios jurídicos del ayuntamiento "para lo que necesiten".
En el hotel de San Sebastián donde fue detenido, se había registrado con su nombre y la Ertzaintza detectó su presencia en un control rutinario.
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