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La crisis duplica el volumen de impagados entre pequeñas empresas

El importe de los efectos de comercio devueltos crece un 118% en junio

No sólo a las familias les cuesta llegar a final de mes. A las empresas también y el fantasma de la morosidad está empezando a extenderse. El número de efectos de comercio impagados aumentó un 45,7% en junio, en relación al mismo mes del año anterior y -lo peor- el importe de estos impagos se disparó un 118%, hasta alcanzar los 1.820 millones de euros, informó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Tras el dato de junio, el peor con diferencia en lo que llevamos de año, la morosidad de las empresas -medida a partir de los efectos impagados- es un 78% superior al primer semestre de 2007. En el mes de junio, el importe medio de estos impagos ascendió a 3.176 euros, un 50% más que hace un año.

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Los efectos de comercio son las obligaciones o promesas que se hacen las empresas entre sí por escrito (a través de pagarés, letras de cambio y efectos aceptados) de pagar cierta suma de dinero (por el suministro de mercancías y servicios) en un plazo determinado, normalmente entre 60 y 90 días. El proveedor acude con ese papel a su entidad financiera para que le adelante el dinero; el problema viene cuando vence el plazo y el deudor no ha abonado la cantidad comprometida: el banco lo descuenta inmediatamente e incluso aplica una penalización. Este sistema de financiación está especialmente extendido entre las pequeñas y medianas empresas, con más dificultades para acceder a las grandes líneas de crédito.

"Es sólo la punta del iceberg, la morosidad es mucho más elevada", advierte el experto Pere Brachfield, profesor de la escuela de negocios EAE y asesor de la patronal catalana de la pequeña y media empresa Pimec. ¿Por qué? "Los efectos impagados representan una ínfima parte de todos los pagos del sistema bancario español".

En concreto, un 2% de las operaciones y casi un 9% del importe, que en 2007 superó los dos billones de euros, según datos de la Sociedad Española de Sistemas de Pago (vinculada al Banco de España), el sistema utilizado para la compensación interbancaria de los medios de pago al por menor. El 44,5% del montante, por ejemplo, se abona mediante transferencias y el 28%, a través de cheques.

"Las empresas" -prosigue Brachfield- se lo piensan mucho antes de retornar un efecto porque automáticamente aparecen en las listas de morosos. Si no abonan un cheque o se retrasan en el pago de una transferencia no constan en ningún sitio, pero el impago de un efecto deja huella. Es el último recurso que les queda, seguro que la cosa está mucho peor", asegura.

Las patronales no se esconden en reconocerlo. "Muchas empresas nos han llamado justo antes de marcharse de vacaciones diciéndonos que no tenían liquidez ni siquiera para pagar los sueldos", explicaba ayer el secretario general de la patronal catalana Cecot, David Garrofer.

Cataluña fue la comunidad con mayor número de efectos impagados en junio, 175.195; seguida de Madrid, con 96.297, y la Comunidad Valenciana (82.457). El mayor importe también correspondió a Cataluña, con 341,6 millones; seguida de Madrid, con 302,8 millones, y Andalucia (291,5 millones).

Entre los protagonistas de esta situación aparecen las dos grandes estrellas: el ladrillo y la banca. Las empresas vinculadas al sector de la construcción -no sólo grandes las grandes contratistas y las inmobiliarias, también los carpinteros, lampistas, etcétera- son las que más están acusando las dificultades para hacer frente a sus obligaciones de pago, explica el jefe de riesgos de un banco español, que alerta de un efecto dominó y de que, al menos en el próximo año y medio, "irá in crescendo".

Dificultades de las que los empresarios responsabilizan a la banca. "Las empresas tienen problemas de caja de tres tipos: para pagar los sueldos y las facturas, para cobrar y de crédito, de financiación", señala Joaquín Trigo, director ejecutivo de la patronal Fomento del Trabajo, adscrita a la CEOE. "La falta de liquidez es un problema en cadena provocado por la banca, que no renueva las pólizas de crédito de las empresas. Más allá de que éstas vayan mal, no gozan de la confianza de las entidades financieras", ahonda Garrofer.

La morosidad empieza a ser un problema para todo el sistema financiero, reconoce la fuente bancaria anterior. Sólo atendiendo a las cinco grandes entidades (Santander, BBVA, La Caixa, Caja Madrid y Banco Popular), los activos dudosos han pasado de 10.090 millones en junio de 2007 a 19.700 millones un año después.

El sector no descarta que debido a las necesidades de financiación las empresas vuelvan las malas prácticas de antaño: el papel de colusión o letra pelota, como se conoce en la jerga financiera. Consiste en que dos empresarios amigos emiten efectos comerciales entre sí para obtener liquidez de los bancos, lo que desata, a su vez, la desconfianza de las entidades.

Los datos

- El importe de los efectos de comercio impagados (pagarés, letras de cambio) de las empresas ascendió a 1.820 millones de euros en junio, un 118,3% más que hace un año. El número de operaciones devueltas creció un 45,7%.

- Los bancos registraron más impagos, un 41,7% de todo el sistema financiero, pero el importe medio de los efectos fue mayor en las cajas (con el 53,6%).

- Los efectos sólo suponen el 9% de todos los pagos del sistema español, por detrás de las transferencias y de los cheques, entre otros.

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