_
_
_
_
_
Reportaje:

Gran hermano en Chandrexa

Un funcionario denuncia al alcalde porque lo vigila con una cámara

Alberto Vasallo, uno de los tres funcionarios que tiene el ayuntamiento orensano de Chandrexa de Queixa, trabaja desde 2002 con una cámara apuntándole a la nuca. El ojo que todo lo ve domina la habitación entera, una sala en la que el hombre atiende al público, rebusca en el ordenador y rellena formularios, sin atreverse a atender llamadas personales, sin osar apenas levantarse a mear.

Si siguiésemos el cable del impertinente aparato hasta el final, llegaríamos al despacho del alcalde, el popular Francisco Rodríguez, el incombustible gobernante local que ha ganado cinco veces las elecciones después de tomar el bastón de mando de manos de su padre, su predecesor en la Alcaldía.

A diferencia de otros muchos alcaldes, Rodríguez no tiene televisor en su despacho. En lugar de éste, en el mueble que hay frente a su mesa, junto a una serie de metopas de bronce y porcelanas conmemorativas, hay un monitor que se enciende cuando el regidor introduce y gira una llave. Desde su butaca, el alcalde, y sólo el alcalde, tiene acceso a las dos cámaras que hay en el ayuntamiento. Una vigila el vestíbulo de la casa consistorial, la entrada y la salida de gente en el edificio. La otra observa la capacidad productiva de Alberto Vasallo. Y, según el afectado, no pretende mirar nada más.

Vasallo no cruza ni una palabra ni una mirada con el alcalde
El regidor justifica las cámaras con una amenaza de ETA del año 2002
Rodríguez sustituyó a su padre y ha ganado cinco veces la Alcaldía
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Este auxiliar administrativo lleva trabajando 27 años en el Ayuntamiento de Chandrexa. Estaba ya ahí cuando juró el cargo el padre del actual alcalde e incluso antes. Pero hasta "hace cinco años", sólo un poco después de que se instalase la cámara, Vasallo no se notó perseguido. Ahora, dice que se siente "acosado" y que tiene "problemas serios". Por eso puso el tema en manos de su abogado, que optó por denunciar el caso ante la Subdelegación del Gobierno en Ourense para intentar solucionar su vida de 8 a 3 por la vía administrativa, porque el funcionario no quiere tener que llegar a juicio.

En un ayuntamiento tan pequeño, donde es imposible no coincidir, Vasallo no cruza ni una palabra ni una mirada con el alcalde. Él va todos los días a hacer su trabajo, sin buscar polémicas, e intenta pasar desapercibido. No comenta nada con nadie, que en Chandrexa todo se sabe, y marcha luego a casa para desahogarse con los suyos. Los suyos que son, según él, la verdadera causa del acoso que padece: "Yo relaciono esta situación que vivo con las ideas políticas de mi familia. El alcalde sabe que en mi casa no le votan".

"Soy una persona que tengo mucho aguante, pero llegó un momento en que ya no pude soportar más la presión, porque esto no es ninguna broma", cuenta este funcionario de 52 años. Al fin Vasallo se decidió a presentar la reclamación "por acoso laboral y vulneración de los derechos fundamentales" cuando desapareció de su nómina, por sorpresa y sin explicaciones, el complemento de productividad. Esperó un tiempo prudencial, por ver si el plus volvía a su cauce, pero el dinero no regresó. "No me quedó más remedio que denunciar", concluye. "Este es mi último recurso, a pesar de las consecuencias que pueda tener".

Francisco Rodríguez se defiende diciendo que las cámaras son para su protección personal. Revela que está amenazado por ETA desde 2002, porque apareció su nombre en una lista de la banda. Y que la cámara "no graba": Para ver lo que hace Vasallo "hay que estar mirando".

Pero el único concejal de la oposición en el Ayuntamiento de Chandrexa, Francisco Javier Fernández Arias, del BNG, cuenta que las cámaras que mandó instalar el regidor son "polémicas desde el principio". No sólo por el caso de Vasallo, sino porque las elecciones se celebran "precisamente en el hall que está vigilado", la antesala del despacho del funcionario. El alcalde responde que, durante las votaciones, la cámara se apaga, pero los vecinos, insiste el edil nacionalista, "no son expertos en tecnología y no tienen ninguna certeza" de que esto sea así. "Los de Chandrexa votan intimidados".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_