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Entrevista:LUIS CANTARELL | Vicepresidente ejecutivo de Nestlé en Europa

"Es descabellado culpar a las multinacionales de la crisis"

Claudi Pérez

El menú actual del sector alimentario contiene un buen surtido de platos indigestos: la grave crisis alimentaria se enmarca dentro de las turbulencias financieras internacionales e incluye la subida estratosférica de los precios de los alimentos básicos y el recrudecimiento del tradicional proteccionismo agrícola. Sin olvidar las hambrunas que afectan a una treintena de países. Las multinacionales desempeñan un papel fundamental en esa coyuntura, ante el delicado equilibrio que supone ganar dinero -el leitmotiv de cualquier empresa que quiera sobrevivir- sin que la crisis salpique su imagen. Luis Cantarell (Barcelona, 1952) lleva más de 30 años en Nestlé, líder mundial del sector. En plena tormenta, su discurso no rehúye el plano político en los temas más espinosos. Sobre el proteccionismo: "Europa está a la defensiva". Y sobre las acusaciones de especulación que reciben las multinacionales: "Nuestros márgenes son públicos, y fundamentales para mantener el empleo y la buena salud de la empresa. Sufrimos las subidas de precios como cualquiera. Es descabellado decir que ésta es una crisis de multinacionales. Puede que haya algo de especulación en los mercados, pero lo fundamental es que no se vio venir la crisis".

"Nuestros márgenes son conocidos. La mejor democracia es la del consumidor"
"Estamos a favor de los transgénicos, pero sólo los usamos donde se permiten"

Pregunta. Los mercados no vieron venir la crisis subprime. ¿Se vio venir la alimentaria?

Respuesta. Tampoco. Los economistas y los ejecutivos somos capaces de explicar cualquier cosa a posteriori, pero anticiparse es más difícil. Si la crisis se hubiera visto venir se habrían tomado medidas. Pero eso no sucedió. Han confluido una serie de elementos que estaban latentes y todo el mundo conocía, pero nadie anticipó tal conjunción astral.

P. Hay voces críticas cargando las tintas contra las multinacionales. ¿Cuál es su papel en la crisis?

R. Es descabellado decir que ésta es una crisis de multinacionales. No tiene sentido culparnos. Nestlé es una empresa importante, pero representa muy poco en el consumo de alimentación mundial. Nosotros vendemos productos envasados, mientras que el 70% del consumo alimentario es en productos no envasados. Sí nos corresponde ejercer un papel importante por nuestras opiniones, por nuestra capacidad de influencia. Y lo asumimos.

P. Las ONG les acusan de ser parte del problema: compran barato a los productores y venden caro al consumidor.

R. Nuestros márgenes son públicos y conocidos. Los publicamos cada año. Estamos sometidos al mercado y ésa es la mejor democracia: la del consumidor. No compramos más barato, sino a precios de mercado. No marcamos los precios, y estamos en contra de que una empresa tenga ese poder de mercado. Somos actores importantes, sin duda, pero si el café, el cacao o la leche suben los compramos más caros. Intentamos aplicar una política respetuosa en nuestros márgenes, para garantizar el empleo y la salud financiera de la empresa, y a la vez mantener la cuota de mercado.

P. ¿Considera acertadas las respuestas que se están dando ante la crisis?

R. Las empresas debemos ser capaces de mirar a medio plazo y colaborar con los gobiernos donde sea necesario para desplegar políticas de ayuda. Y gestionar los incrementos de precios de forma responsable. La crisis ha generado un cambio de actitud en los gobiernos, en las ONG, en todos los actores del sector.

P. ¿Cuánto han subido ustedes los precios?

R. Depende del país. En Europa ha habido crecimientos por encima del 10% en los países en los que se han disparado los costes, como Ucrania. Y en Europa occidental van desde el mantenimiento de los precios hasta una horquilla del 5% al 8%. España está en la banda baja de esa horquilla.

P. ¿Van a bajar?

R. No. En un plazo de varios años no veremos caídas, por la fuerte demanda de los países emergentes. La oferta va a aumentar, pero muy gradualmente. Ya pasó en los setenta: la oferta aumentó cuando hubo problemas, llegó a haber sobreproducción y entonces los países desarrollaron políticas proteccionistas. Después se bajó la guardia.

P. ¿Cómo ve ese resurgir del proteccionismo?

R. Es tan evidente como ilógico. Europa está a la defensiva. Esta crisis es un buen momento para demostrar su solidaridad, con mayores niveles de apertura. La política agraria europea llevaba años financiando esos lagos de leche y toneladas de mantequilla... Y después financió el recorte de producción con el presupuesto comunitario. Todo eso es muy discutible a la luz de lo ocurrido.

P. Nestlé ha criticado con dureza los biocombustibles.

R. Llevamos cinco años así, lo que nos granjeó no pocas críticas cuando el biofuel parecía la panacea. Corremos el riesgo de ser juez y parte, pero defendemos nuestro punto de vista porque tenemos esa responsabilidad.

P. La compañía ha sido tradicionalmente contraria a los transgénicos y ahora compra patentes en café, yogur...

R. Nunca estuvimos en contra de los transgénicos. Estamos a favor de la investigación sobre los organismos genéticamente modificados. Pero mientras el consumidor no los acepte nosotros no los usaremos. Hoy la sociedad es más tolerante, hay más gente que piensa que pueden jugar un rol. Pero nuestra doctrina no ha cambiado: en Europa no los utilizaremos mientras los consumidores no los acepten. Y fuera de Europa, allá donde se permite y está aceptado socialmente, los utilizamos. Por ejemplo, en Estados Unidos. -

El vicepresidente europeo de Nestlé, Luis Cantarell, en su reciente visita a Madrid.
El vicepresidente europeo de Nestlé, Luis Cantarell, en su reciente visita a Madrid.RAÚL URBINA

"Con España se exagera"

La industria europea se deslocaliza con intensidad, y el sector alimentario no es ninguna excepción. Pero Nestlé anunció hace menos de tres meses una inversión de 63 millones de euros en la construcción de una nueva fábrica en Girona, anexa a la actual, que se destinará a la producción de cápsulas de café. "Esa inversión se hace en un país y en un segmento en los que Nestlé cree, y con una dimensión europea. No se trata de invertir en Girona porque el vicepresidente ejecutivo sea catalán", destaca Cantarell. La paradoja es que Nestlé viene diciendo desde hace cuatro años que Europa pierde competitividad. "Y es cierto", aclara el ejecutivo, "pero esa pérdida es global, y hay que evaluar cada decisión con criterios microeconómicos. Girona es una fábrica productiva, competitiva en costes, en savoir faire, en tecnología, y el negocio del café crece en toda Europa". "Además, esa pérdida de competitividad europea se ha visto menos en España que en otros países como Italia y Francia", añade. La crisis económica es innegable, pero Cantarell asegura que hay "cierta exageración" con respecto a España: "Ni los últimos años fueron tan buenos ni los que vienen van a ser tan malos". "Estoy más de acuerdo con Pedro Solbes que con los periódicos", cierra. -

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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