Vértigo al llegar a los 12.000 puntos

El jueves el Ibex 35 había quedado en una posición idónea para asaltar la cota de los 12.000 puntos. Bastaba un empujón para superar la barrera. Pero al final no llegó. El vértigo venció ayer el ánimo que los inversores habían demostrado el día anterior. Y la jornada se cerró con un importante batacazo que dejó al índice selectivo en una zona intermedia entre los 11.000 y 12.000 puntos que se ha movido durante todo julio. Mal presagio en el primer día de agosto.

Las pérdidas fueron el panorama dominante en todas las Bolsas desde el comienzo de la jornada. El cierre en negativo de Nueva York el jueves ya lo presagiaba. Pero en España la situación se acentuó. Corría la noticia conocida la noche anterior de que Chávez quiere nacionalizar la filial del Banco Santander en Venezuela. Y los inversores castigaron los títulos de la entidad cántabra. Al final del día perdió un 2,35%.

No estuvo solo el primer banco español. El resto de valores del índice selectivo, excepto Iberia, se apuntaron las pérdidas, con las constructoras, los bancos e Iberdrola en lugar destacado.

Con estos mimbres, el Ibex acabó en 11.566,8 puntos al perder un 2,65%. Con él, el resto de índices españoles. Si bien, ninguno igualó al selectivo.

La negociación, por su parte, sí que estuvo animada. Por los volúmenes manejados, no parecía el primer día de agosto. La animaron especialmente los bloques, en ellos se manejaron 3.040 millones. Mientras que en el mercado abierto la negociación quedó en 2.783 millones. En total, el conjunto del mercado movió 6.051 millones.

En el resto de Europa, las caídas fueron menores. En números rojos desde el primer momento, adquirieron envergadura conforme transcurría la sesión. Sobre ellos también pesaron las malas noticias que llegaban sobre el desempleo en Estados Unidos, que ha llegado a sus niveles más altos en cuatro años.

No ayudó el petróleo, que, tras mantenerse neutro durante gran parte de día, a media tarde comenzó a encarecerse y se situó en torno a los 125 dólares por barril. Correspondía de esta forma a la debilidad del billete verde, que perdía terreno frente al euro y la libra.