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Reportaje:

Biomateriales hasta los huesos

Una empresa de Santiago hace posible la regeneración ósea

María Fernández

Sin saberlo, muchas personas pueden morder un bocadillo en España gracias a los productos de una empresa de Santiago de Compostela. Se llama Keramat, y fabrica biomateriales (que son compuestos de origen no biológico, como cerámicas) que ayudan a regenerar los huesos, tanto en seres humanos como en animales. Su gran mérito está en que han sido capaces de aplicar una tecnología propia para desarrollar compuestos con estructuras tridimensionales semejantes a las que presenta un hueso humano. "Sólo hay otra empresa en el mundo que ha conseguido hacer algo parecido y está en Japón", dice Miguel Souto, su director y uno de sus socios. Les ha costado lo suyo. Los siete fundadores de la pyme, ayudados por el capital riesgo desde Unirisco, provienen del ámbito académico, en concreto del Instituto de Cerámica de Galicia, un centro de investigación fundado por la asociación de empresas del sector la Universidad de Santiago. En 1999 eran "un grupo de amigos que acababan de terminar la tesis", más centrados en investigar que en la gestión empresarial. Casi diez años después, tienen una pequeña joya de la I+D+i que, entre otras cosas, lidera un proyecto Cenit, apoyado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico del Ministerio de Industria. En él participan otras 15 empresas que trabajan para ampliar la funcionalidad de implantes de todo tipo durante la vida del paciente y evitar con ello engorrosas intervenciones quirúrgicas y reacciones de rechazo. "Ocurre muchas veces cuando nos colocamos un implante en la boca, por ejemplo. Esa pieza tiene que fijarse sobre hueso de buena calidad para lograr un agarre firme. Y en ocasiones el paciente no lo tiene. Lo que hace nuestro producto es preparar el lecho para que, en el plazo de entre seis y nueve meses, sea posible esa intervención". Además, el compuesto que fabrican no permanece en el cuerpo una vez que cumple su misión: "Va siendo sustituido por hueso propio". Tampoco tiene efectos secundarios, ya que se compone de fósforo y calcio: "Nos lo podríamos llegar a comer sin problemas", explica Souto.

"Que nadie crea que curamos la osteoporosis, ojalá, pero no"
El último fichaje en la plantilla es Fran, un chico con síndrome de Down

Su objetivo ahora es intentar que se acorte el plazo de tiempo que tarda el biomaterial en mejorar la estructura ósea del paciente. No es su único proyecto. Trabajan en otro programa de regeneración con células madre y proteínas combinadas con sus compuestos, pero Souto prefiere ser prudente sobre los resultados "para no crear falsas expectativas". Y añade: "Que nadie crea que curamos la osteoporosis, ojalá fuese así, pero no".

Pese a tener el "marcado CE", difícil de conseguir, pero necesario para vender los compuestos en países de la Unión Europea, Keramat tiene todavía mucho que hacer en el terreno comercial. "Cuando empezamos, la mayoría éramos químicos sin contacto con la realidad empresarial. Nos costó darnos cuenta de nuestros errores". Necesitaban un socio que les aportara una visión estratégica, y lo encontraron en un laboratorio farmacéutico, Inibsa, que distribuye la mayoría de las anestesias dentales en España y otros productos, como el conocido Apisérum. De este modo, dejaron que entrara a formar parte del capital, lo que les abrió el camino de las ventas. Y la mente. Ahora creen que han conseguido equilibrar su parte investigadora y la de negocio. "Llegamos a un punto en que nos planteamos dar entrada a un socio estratégico como única manera de crecer", añade Miguel Souto.

Sus planes de futuro pasan por potenciar la división de compuestos para neurocirugía y traumatología. También intuyen que necesitarán más personal. Ahora en sus laboratorios, situados en el área industrial de Milladoiro, trabajan nueve personas entre biólogos, químicos, expertos en medicina y técnicos. El último fichaje ha sido el de Francisco José Fianza Domínguez, conocido por sus compañeros como "Fran". Es un chico con síndrome de Down que en poco tiempo en la plantilla ha demostrado ser "uno de los mejores en lo suyo".

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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