El suicidio era un crimen
Detenido un hombre tras matar a su inquilino a puñaladas en San Blas y llamar él mismo a la policía
"Mi compañero de piso se acaba de suicidar". Con esas palabras y por vía telefónica, Marcos García Cárdenas, un vecino de San Blas de 53 años y origen cubano, alertó a la policía de la muerte de su inquilino. Pero la realidad era bien distinta. El comunicante fue detenido horas después acusado de haber matado a puñaladas a Lorenzo, un rumano de unos 40 años que se dedicaba a recoger chatarra y a la construcción, según la Jefatura Superior de Policía. Este crimen eleva a 39 los homicidios registrados en la región en lo que va de año.
El arrestado le había exigido a la víctima que dejara el piso en 15 días
Al llegar a la casa, en el número 11 de la calle de las Letrillas (San Blas), los agentes se dieron cuenta de que varios detalles no cuadraban con el supuesto suicidio de Lorenzo. El cuerpo estaba tendido en el salón y presentaba al menos dos puñaladas. Una le afectaba al abdomen y la otra le había degollado. Estaba boca abajo y tenía entre las piernas un cuchillo completamente limpio. En caso de que se hubiera suicidado, debería estar manchado. Además, había restos de manchas de sangre junto al cadáver con rastros de haber sido lavadas. Nuevo dato que descartaba el suicidio.
Los primeros agentes llegaron al domicilio a las diez de la mañana. Les abrió la puerta el dueño del piso, que estaba tranquilo, pero cuando los agentes le preguntaron por lo ocurrido, su historia se vino abajo. Dada la gravedad de las lesiones de la víctima, los facultativos del Summa, que llegaron poco después, sólo pudieron comprobar que estaba muerto, según un portavoz de Emergencias 112. El hombre apuñalado iba vestido con pantalones y botas de trabajo. Estaba contratado en una empresa de construcción. Vivía con García desde hacía unos siete meses.
A las doce del mediodía, tres agentes sacaban esposado a García y lo metían en un coche patrulla. Justo cuando era trasladado a la sección de Homicidios, se confesó culpable, según la policía. Aseguró a los agentes que había tirado el cuchillo en un contenedor frente a su casa, junto a un parque. Los policías volvieron y, con el detenido en el coche patrulla, registraron los contenedores. Pero el caminón de la basura había llegado antes y había descargado los contenedores. Los agentes pidieron a los responsables de los residuos que no los llevaran al vertedero.
El crimen causó un gran revuelo en San Blas, donde el presunto agresor vivía desde hace una década y era muy conocido. Salía a menudo a un parque cercano, donde conversaba con todo el mundo. "Marcos le había dicho a su inquilino que se marchara en 15 días. Quería echarle, porque estaba harto, aunque no me dijo el porqué", explicó Lorena Santiesteban, una residente de la zona. Según los vecinos, las discusiones entre ambos eran frecuentes, sobre todo por las noches. El detenido tenía 15 antecedentes por robos, lesiones, tráfico de drogas, amenazas y hurto de vehículo, según la policía.
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