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Los monumentos a la gente corriente de la inglesa Hannah Collins llenan Caixafòrum

"Todos mis proyectos duran años. Me centro en las personas, entro en sus mundos, los exploro, trabajo con ellos y al final lucho por salir". Así explica Hannah Collins (Londres, 1956) la génesis de las obras, monumentales e íntimas a la vez, que conforman la exposición Historia en curso, abierta en Caixafòrum de Barcelona hasta el 24 de agosto. Se trata de una veintena de fotografías panorámicas y tres películas multipantalla, que se integran y complementan en una narración coral. "No son obras documentales, son documentos de una historia paralela a la oficial", afirmó Collins, que vive entre Londres y Barcelona desde los ochenta.

Por primera vez se podrá ver en condiciones óptimas -una proyección de 15 metros de largo, en cinco pantallas- la película La Mina, que se estrenó en 2004, durante el Fórum de las Culturas. "Desde el rodaje en 2001, el frente marítimo ha cambiado tanto que muchos lugares no se reconocen y otros ya ni existen", indicó la artista. El proyecto, protagonizado por dos comunidades gitanas, analiza la relación entre la gente y la arquitectura dura que la rodea y las prácticas de agregación urbana a través de la música y otros eventos que caracterizan a un grupo étnico.

El proyecto se complementa con las maquetas de Dibujando sobre la ciudad, recorrido escultórico-arquitectónico por el paisaje de Sant Adrià, formado por siete instalaciones públicas, una suerte de antimonumentos al pasado del municipio. Así, las construcciones ilegales, que han dejado paso a los bloques gigantescos, se recuerdan con una chabola flotante, anclada a una boya, a pocos metros de la playa, de modo que sólo quien nade hasta allí verá las fotos de su interior. La fachada de Fecsa-Endesa, las tres chimeneas, se tumbará en el suelo, donde quedará como memoria del pasado industrial del lugar. El proyecto, que cuenta con la aprobación de los ayuntamientos de Barcelona y Sant Adrià, se completa con un portal de entrada al barrio, los muros de los pájaros y sueños, y un pabellón para eventos.

En otro ámbito se plasma el contraste entre la sociedad urbana y rural y el neocapitalismo y la era soviética a través de la vida de los Chiline y sus vecinos de Beshencevo. "Todo son trabajos de colaboración; yo hago el guión, pero son los protagonistas los que escriben sus propios diálogos. Mi tarea es que entiendan que son parte vital del proceso de enseñar sus vidas", dice Collins. La exposición se completa con Paral·lel, proyección en tres pantallas de otras tantas historias de emigrantes.

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