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Reportaje:24 HORAS EN | CÓRDOBA

En busca de la mejor sombra

Iglesias y patios en tres barrios 'santos': Santa Marina, San Agustín y San Andrés. Refrescantes noches de cine y la magia de la Mezquita. En verano, el sol marca el ritmo de Córdoba

Aprenda rápido la lección: en Córdoba y en verano, el sol es el que manda. Él hará que se acueste tarde y que madrugue, que por las noches los patios de vecinos se conviertan en cines y que la visita a la Mezquita sea aún más gratificante (es el único sitio recomendable a partir del mediodía...). ¿Por qué no huir de las aglomeraciones en las playas y aprovechar que con el calor las ciudades monumentales del interior se vacían?

9.00 Una plaza ¿andaluza?

Para saber por dónde se despereza la ciudad, escoja una buena mesa en las terrazas de la plaza de la Corredera (1). La que en su día albergase corridas de toros (el callejón por el que salían los animales se llama calle Toril) puede resultar un extraño punto de partida para la ruta: ¿estamos en Andalucía? Su forma típicamente castellana es una rareza en el sur. Por la mañana, tiendas de antigüedades y mercado para comprar flores o unos buenos boquerones. Por la noche, terraceo. La movida alternativa se mueve entre esta plaza y los bares de la calle Alfaros (2) (Automático, en Alfaros, 4; Moloko, en Alfaros, 29).

10.00 Pasear los barrios

Los cordobeses llevan en su DNI mental el barrio en el que viven (no es lo mismo ser del Cerro que de San Pedro...). Aquí no funciona bien el concepto de casco histórico: puedes caminar durante horas entre casas bajas, calles empedradas, rejas e iglesias. Obviamos esta vez la (maravillosa) Judería (3) y nos decidimos por tres barrios santos poco transitados: Santa Marina, San Agustín y San Andrés. El primero es terreno taurino: la sombra de Manolete es alargada, y aquí vivió, en la plaza de la Lagunilla

(4). Y Lagartijo, y El Guerra, y... Grandes monumentos, como la sobria grandeza de la iglesia de Santa Marina

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(5) (los templos dan nombre al barrio siempre), junto a pequeñas sorpresas: aún queda una casa de paso, ese híbrido entre vivienda particular y vía pública, que va de la plaza de la Lagunilla a la calle Chaparro. Lástima que, a la espera de rehabilitación, se encuentre ya casi siempre cerrada.

En San Agustín, además de la iglesia de interior colorista y barroco, se esconden algunos de los patios más bonitos de la ciudad. En las calles Parras y Montero hay varios. Muy cerquita, el palacio de Viana

(6) (plaza de Don Gome, 2; 957 49 67 41. En verano abre sólo por las mañanas), con 13 patios.

Seguimos por calles retorcidas, esquinas fotogénicas y placitas sorpresa hasta San Andrés. Muy cerca de la iglesia (de San Andrés, claro) está el palacio de los Villalones (7) (plaza Orive, 2), que además de una preciosa fachada renacentista tiene leyenda: caballeros que piden posada, velas que abren pasadizos y una mujer prisionera bajo tierra.

12.30 Laberinto de columnas

El sol aprieta ya con fuerza y hay que buscar el cobijo de la sombra. ¿Puede haber una mejor que la Mezquita (8) (Cardenal Herrero, s/n; 957 47 05 12. Abierta de 10.00 a 19.00, de lunes a sábado; domingos y festivos, de 8.30 a 10.15 y de 14.00 a 19.00)? La tercera del mundo en extensión; "el más bello y original edificio de España", para Gerald Brenan; "un lugar tan abstracto como una pintura de Mondrian", según Muñoz Molina. Imposible no emocionarse en su laberinto de columnas, en ese silencio hecho de siglos y respeto. Si ya la conoce, puede dirigirse al Museo Arqueológico (plaza de Jerónimo Páez; 957 35 55 17. Martes, de 14.30 a 20.30; de miércoles a sábado, de 9.00 a 20.30; domingos, de 9.00 a 14.30). Ojo a la delicadeza del cervatillo de Medina Azahara. La actual rehabilitación mostrará los restos del que fue el mayor teatro de la Hispania romana.

15.00 Salmorejo y siesta

Córdoba no tiene playas, pero sí una de las mejores cocinas de Andalucía. El tópico es apuesta segura: salmorejo, rabo de toro y esa delicatessen de la cocina rápida llamada flamenquín. Opción BBB (bueno-bonito-barato) son las viejas tabernas, como la elegantona Salinas (9) (Tundidores, 3; 957 48 01 35), Plateros

(10) (San Francisco, 6; 957 47 00 42; al lado de la preciosa plaza del Potro) o el Rincón de las Beatillas

(11) (plaza de las Beatillas, 1; 957 48 33 36), poco frecuentado por los guiris. Y si el bolsillo lo permite, Bodegas Campos y sus patios (Lineros, 32; 957 49 75 00) o El Churrasco (Romero, 16; 957 29 08 19). En los últimos tiempos, la ciudad también oferta modernidad en la mesa: nos quedamos con La Cuchara de San Lorenzo (Arroyo de San Lorenzo, 2; 957 47 78 50) y Témpura (Acera de Granada, 2; 957 20 31 74).

En verano y en Córdoba, donde se superan los 40 grados sin que salten las alarmas, el hotel se disfruta en la siesta. El lujo se llama Palacio del Bailío (Ramírez de las Casas Deza, 10-12; 957 49 89 93), que arriesga con acierto redecorando la vida de un edificio histórico hacia el minimalismo. Dudará entre pasar la siesta en el gran patio o en el spa. Para ahorrativos, mejor el hotel San Miguel (San Zoilo, 4; 957 47 58 61): ni masajes, ni minimalismo, pero está en pleno centro. Como opción intermedia, la Casa de los Azulejos (Fernando Colón, 5; 957 47 00 00), una deliciosa simbiosis entre Andalucía y México.

18.00 Chapuzón en el Hammam

Puede revivir la pasión árabe por el agua en los baños históricos -los del Alcázar Califal (Campo Santo de los Mártires, s/n) o los de Santa María (Velázquez Bosco, 10), cuyo curioso acceso es una tienda para comprar flamencas de plástico y postales-. Pero aún mejor es darse un homenaje acuático en el Hammam

(12) (Corregidor Luis de la Cerda, 51; 957 48 47 46), una recreación bien conseguida de aquellos placeres. Remátelo con té acompañado de dulces de hojaldre y miel en la tetería. Y ya que estamos acuáticos, a la salida se puede dar un paseo por el río, cuya recuperación es una de las eternas cuentas pendientes de la ciudad, y que empieza a saldarse. Cruce el puente romano (13), siga por los senderos a nivel del agua y contemple la vista más famosa de la ciudad.

22.00 Para noctámbulos

Lo que en esta ciudad ocurre cada noche de verano es un milagro. En espacios creados en las décadas de los treinta y cuarenta -patios vecinales y solares- se reúnen familias, parejas, niños y demás almas noctámbulas delante de una pared encalada (por la que a veces corretean las salamanquesas) para ver la película del día. Cinco quedan todavía, entre los que elegimos el Coliseo San Andrés (14) (Fernán Pérez de Oliva, 6), un patio de vecinos que abrió sus puertas en 1935, y en el que, si le aburre la película, puede distraerse mirando a una señora batiendo huevos en su cocina. Y si el fresco de la calle le impide meterse en la cama y quiere rematar el día con una copa, salga de la zona monumental y diríjase al Vial Norte (15), "el paseo marítimo de Córdoba", una gran avenida ganada para la ciudad con el soterramiento de las vías del tren. En ella encontrará bares y pubs de diseño: Moma (avenida de la Libertad esquina Miguel Gila) y Milano Rosso (avenida de la Libertad, 2) son los buques insignia. Pero si no quiere bullicio, acabe su ruta donde empezó: en la Corredera, plagada de terrazas y de cordobeses mirando al cielo pidiendo clemencia: que mañana haga un poquito menos de calor, por favor...

Una de las calles de fachadas encaladas en la Judería y el interior de la Mezquita.
Una de las calles de fachadas encaladas en la Judería y el interior de la Mezquita.SANTI BURGOS
Cristiana, judía y musulmana, esta ciudad debe su encanto a las diferentes culturas que hicieron de ella su casa.Vídeo: CANAL VIAJAR

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