Quintana: "Ni el Estado es solidario ni Galicia es una nación pobre"

Hay una consigna que, en la manifestación que el BNG celebra por el Día da Patria, continúa siendo la más unánimemente coreada: "Galiza ceibe / poder popular!". Y aunque desde el palco de la dirigencia tienden a suprimir la segunda parte del pareado -Anxo Quintana terminó su discurso con un sonoro "viva Galiza ceibe!, viva o BNG!"-, y los gritos a favor de la independencia se multiplican, la heterogénea masa del partido acalla discrepancias recurriendo a la palabra de orden histórica. Ayer, en A Quintana de Santiago de Compostela hubo más de 15.000 personas detrás de una pancarta con el lema "Creemos en nuestro País".

Esa cuestión de fe en Galicia fue trasladada por el discurso del portavoz nacional del BNG, Anxo Quintana, a los logros institucionales de su partido en la Xunta. Y lo que había empezado con una arenga de aire izquierdista, bajo la presencia de un atento Xosé Manuel Beiras, sobre "la primera gran crisis de la globalización ultraliberal", acabó con la reclamación de una subcomisión de seguimiento de las obras del AVE. "Madrid no puede seguir negando a Galicia contar con policía propia o crear una subcomisión del AVE", afirmó, "y tengo el total convencimiento de que habrá comisión de seguimiento, aunque en Madrid utilicen la crisis para disculpar todos los incumplimientos".

Antes había descrito a su organización y a las políticas desarrolladas desde la Xunta como "la antítesis del ultraliberalismo". "Con el BNG en el Gobierno, la energía del viento sólo va a tener un beneficiario", clamó, "el pueblo gallego". El decreto eólico, actualmente en fase de concurso, prima a las empresas que desarrollen otros proyectos en Galicia. Su repaso a las áreas nacionalistas del Ejecutivo incluyó recados a Alberto Núñez Feijóo -"entérese, señor Feijóo, se acabó el hacer negocio con la gente mayor"- y mención a algunas medidas de los departamentos de Cultura o Medio Rural. Los cuatro conselleiros nacionalistas, junto a la plana mayor de la dirección del partido, flanqueaban a Quintana en el escenario.

Pero el entusiasmo de las bases que llenaban la plaza compostelana se encendía antes con el clásico "Na Galiza / en galego" y el ataque "a las campañas de intoxicación lingüística diseñadas en Madrid y alentadas por Feijóo" que con el intento de satirizar sobre la financiación autonómica: "Ni el Estado es solidario, ni Galicia es una nación pobre". Significativa fue la cita poética de rigor, Curros Enríquez y el popular Pola Unión, y el establecimiento de una kennediana "nueva frontera para el nacionalismo gallego". "El BNG no es bisagra, ni nació para ser complemento de nadie", aseguró, y anunció el principio "de la mayor campaña de convencimiento, seducción e ilusión jamás emprendida por el nacionalismo gallego" ante las próximas elecciones autonómicas "para alcanzar un Estatuto de Nación en 2009".

El que, según especulaban estos días columnistas cercanos a la cúpula del BNG, pudo ser el último Día da Patria tal y como era conocido hasta ahora, contó con las habituales adhesiones de partidos de todo el mundo. La lectura de las siglas, en voz de la secretaria general de Galiza Nova, Iria Aboi, sirvió para tomar la temperatura política de la organización mayoritaria del nacionalismo gallego. Si a la mención de Unió Democràtica de Catalunya la recibió una mezcla de indiferencia y abucheos, al saludo del Partido Comunista de Cuba lo siguió una ovación estruendosa. "¡Cuba sí, yanquis no!". Y una parte de la militancia juvenil proclamaba: "A nosa estrela / é vermella!".