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Un niño muere de un golpe de calor tras dejarlo el padre en el coche

El juez solicita los informes clínicos para determinar si hubo negligencia

Un despiste que acabó en tragedia. José María A., el padre del niño fallecido el martes pasado en Camas (Sevilla) por un golpe de calor, se entretuvo hablando con un compañero de trabajo. Había dejado a su hijo de casi dos años en el coche, presumiblemente al sol, aunque ayer sus conocidos explicaban que fue "un accidente" y que el padre "le dejó solo una media hora con el aire acondicionado encendido".

En Camas y Tomares, las dos poblaciones a las afueras de Sevilla donde trabajan y residen los padres, reinaba el desconcierto.

"Es un padrazo, y no me creo que lo dejara tantas horas en el coche"
"Los 40 grados aquí no te los quita nadie", coincidían los vecinos
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"Le dijo a su mujer que se llevaba al niño un rato", explicaba ayer una vecina. El viernes de la semana pasada, José María A., profesor en el instituto Tartesos de Camas (25.700 habitantes), a ocho kilómetros de Sevilla, se llevó a su hijo a "hacer unas gestiones", relata una vecina. Mientras hablaba con un compañero delante del instituto, dejó al pequeño dentro del coche. Cuando regresó estaba "muy blanco, con las venas hinchadas y ni siquiera lloraba", cuenta una amiga de la familia. Rápidamente, el padre lo trasladó al centro de salud de Camas, donde llegó con síntomas de deshidratación. Desde allí fue trasladado a la UCI del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Falleció cinco días después. "Con tanto calor, le podía haber ocurrido en el cochecito o por la calle. Ha sido mala suerte", opinaba una conocida de la madre.

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El matrimonio, vecino de Tomares, tiene dos niños más, de 8 y 10 años. En la calle Julio Martínez Sanz, donde reside la familia, los vecinos no daban crédito a lo sucedido. Les invadía la perplejidad. "Él es un padrazo. Esto es una desgracia y no me creo que dejara al niño tantas horas como se dice", exclamaba ayer una vecina del matrimonio. Y añadía: el padre "está ingresado en un hospital, por los nervios". La dueña de la tienda en la que trabaja Eva G., la madre del niño, no quería hablar: "No me gusta lo que están diciendo los periodistas".

"Los 40 grados aquí no te los quita nadie", coincidían todos los entrevistados en Tomares. Algunos incluso aseguraban que los últimos días el termómetro superó los 45 grados.

"No era una familia que se descuidara", se enfadaba otra vecina. Lleva toda la vida en el pueblo y conoce a los padres del niño "desde siempre". En los últimos cinco años, habían labrado mucha confianza. "Todos los días paseaba con los dos más grandes de la mano, y el pequeñín en brazos". La vecina de la puerta de al lado, Loli Mula, estaba asimismo perpleja.

Desde el hospital Virgen del Rocío de Sevilla sólo reconocen que las circunstancias que rodearon la muerte "no fueron normales", por lo que se procedió a dar parte a las autoridades judiciales, para determinar si se ha producido algún hecho delictivo.

El avance de la autopsia señala un "golpe de calor" como la causa de la muerte del pequeño, según informan fuentes judiciales. El juez ha pedido la información clínica confidencial al Hospital Virgen del Rocío, donde fue ingresado el menor, para determinar si ha habido negligencia por parte del padre. Sólo en este caso, el magistrado solicitará a la policía las diligencias pertinentes.

No es la primera vez que el calor acaba con la vida de un menor. Éste es el segundo caso de este tipo ocurrido en España en menos de un año, después de que el 19 de octubre de 2007 una niña de 21 meses falleciera en el interior de un coche cerrado en Jávea (Alicante).

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