Los 'aluniceros' viajan a Las Tablas

Hombres encapuchados, coches que se estampan contra puertas, reventones, amenazas, golpes, mazazos, estruendo de madrugada... Toda esa violencia se ha vivido concentrada en menos de 24 horas en la Comunidad de Madrid. El martes, a las tres de la madrugada, un espectacular golpe a un concesionario de Jaguar en Chamberí. Horas después, a las nueve de la noche, cinco hombres camuflados con pañuelos la emprendieron a mazazos en un salón de juego de Móstoles, ante 25 parroquianos. Y, otra vez de madrugada, el alunizaje de un taller-concesionario de Nissan, en el barrio de Las Tablas de la capital. La investigación apunta a que una misma banda de aluniceros -gente muy joven reunida en una banda informal, según una portavoz policial- atracaron las dos tiendas de coches.

La Delegación de Gobierno no informó del número de alunizajes y de atracos ocurridos en la Comunidad en lo que va de año, pese a que se le ha solicitado en varias ocasiones tanto ayer como el martes. Según las informaciones publicadas por EL PAÍS, la capital ha sufrido al menos 10 alunizajes, siete de ellos en la denominada milla de oro, en el barrio de Salamanca.

Un portavoz de la firma de lujo de Loewe explicó que el 80% de sus atracos los sufre en Madrid, donde tiene cinco tiendas. "En los últimos dos años se han incrementado este tipo de robos", aseguró.

Ayer le tocó a un concesionario en un parque empresarial, pegado a Las Tablas, en el distrito de Fuencarral. Varios hombres, 10 según un portavoz de la Jefatura Superior de Policía, entraron sobre las 4.20 en una gran tienda taller de Nissan, en la carretera de Fuencarral a Alcobendas, en el kilómetro 12,2, y se llevaron cinco coches. Además, dañaron otros cuatro. "Entre los robados, los destrozados y las puertas reventadas, el asalto nos va a costar más de 200.000 euros", explicó con disgusto el jefe de talleres de Nissan, Pedro Vaquero.

En el concesionario, horas después, las marcas del atraco estaban por todas partes. Una de las verjas de entrada seguía en el suelo. "Fíjate lo que han hecho", decía uno a un compañero. Se refería al pie de la puerta, con el metal retorcido. Varios obreros arreglaban desperfectos. Un mecánico señalaba a la puerta de uno de los talleres, con varias placas forzadas. Estaba colocada chapuceramente, de nuevo en su sitio. "La han hecho caldo", lamentaba el hombre. Por la ventana de ese taller, que ayer seguía rota, se colaron los ladrones, que llegaron en un BMW robado.Dejaron el coche en la puerta, saltaron la verja y, una vez en el taller, cogieron cuatro coches, uno de ellos un todoterreno que usaron para reventar la puerta, y se llevaron los otros tres. Luego penetraron en un segundo taller, robaron dos coches, destrozaron la puerta y escaparon. "La verja exterior la han roto desde dentro, con uno de nuestros vehículos", explicó Vaquero. Los atracadores huyeron y abandonaron en la puerta el BMW con el que llegaron, también sustraído, y que tenía hecho el puente. A las once la mañana la dueña había denunciado el robo.

Para llevarse los Nissan, los atracadores no tuvieron problemas. Los automóviles tenían las llaves puestas. Pocas horas después del atraco, agentes del Cuerpo Nacional de Policía encontraron uno de los vehículos sustraídos. Estaba en la carretera de Fuencarral a Alcobendas, con las llaves puestas, los faros delanteros rotos y con desperfectos en el guardabarros.

La Comandancia de la Guardia Civil informó ayer de la detención de dos jóvenes de 18 años, que responden a las iniciales de M. C., marroquí, e I. M. P., español. Ambos están supuestamente implicados en el robo tanto del concesionario de Jaguar como del de Nissan. "Se les imputa formar parte de un grupo organizado de como mínimo seis personas que se dedican a estos robos", indicó un portavoz.

Pero los dos hombres no pudieron participar en el robo de ayer. La policía les detuvo unas horas antes, cuando estaban a punto de alunizar un supermercado de la localidad. Un portavoz de la Jefatura Superior de Policía explicó que la mitad de los jóvenes que participan en estos delitos son menores y que los mayores de edad acumulan decenas de detenciones. Se trata de pandillas de Usera, Latina y Vallecas, que protagonizan "huidas monstruosas" con luces apagadas, por lo que muchas veces la policía desiste de perseguirles por la peligrosidad que eso conlleva, indicó la misma fuente.