Adiós al semáforo de Sueca
Entra en servicio la circunvalación que evita un punto negro de la N-332
Sueca se despidió ayer a mediodía del molesto tráfico de la N-332. Adiós al semáforo rojo, al punto negro, a trágicos accidentes y a las molestias causadas por los miles de vehículos que, a diario, atravesaban su casco urbano. Dos décadas después de las primeras movilizaciones vecinales, la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, ponía en servicio el tramo de la autovía A-38 que circunvala la población. La carretera, de doble carril, tiene una longitud de 6,6 kilómetros, más 2,4 del ramal que la conecta a Cullera. Álvarez ratificó que el viejo vial se incorporará a la ciudad como una calle más.
La obra ha costado 85 millones de euros, y también da acceso a las carreteras provinciales y comarcales que unen Sueca con la mayoría de poblaciones del margen derecho del río Júcar (Albalat de la Ribera, Riola, Polinyà de Xúquer, Fortaleny, Corbera y Llaurí). Sueca tiene dos accesos. El desdoblamiento de la N-332 para transformarla en la autovía A-38 entre Sollana y el tramo ahora inaugurado deberá estar finalizado en dos años. El enlace desde el nuevo acceso a Cullera hacia Favara y Tavernes de la Valldigna se adjudicó a finales de abril.
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