No habrá fiesta del PCE, por primera vez en 31 años
Cumplió 30 años el año pasado y no cumplirá los 31. O, al menos, no los festejará, como era habitual, a finales de septiembre en la Casa de Campo. La Fiesta del PCE, una de las celebraciones históricas de la democracia española, que surgió precisamente como respuesta a la clandestinidad en la que vivió "el partido" durante la dictadura franquista, se suspende por primera vez.
Las razones son diversas: "Debilidad organizativa", según unos miembros del partido; "condiciones económicas inasumibles y dificultades para su ubicación", según otros; "el déficit generado por un festejo que ha perdido afluencia con los años", apuntan algunos; "un síntoma más del descalabro de la izquierda", dicen las voces más claras de IU, la coalición política que dirige todavía Gaspar Llamazares y de la que forma parte, como formación más numerosa, el PCE.
La Comisión Permanente de este partido y la de la fiesta publicaron ayer un comunicado: "Tras analizar la situación en la que se encontraba la planificación de la fiesta para este año y por las enormes dificultades con las que nos hemos encontrado, hemos llegado a la conclusión de que no es posible asegurar las mínimas condiciones para garantizar el éxito, tanto político como económico, de la fiesta, y se ha decidido posponerla a la primavera de 2009". Aún no se sabe dónde, pero sí que se pretende celebrar, de ahora en adelante, en los meses de abril o mayo. Antes, habrá un "mitin-fiesta", en octubre, previo a la Asamblea Federal de IU en noviembre que redefinirá a la coalición.
"Hemos tenido problemas con el Ayuntamiento y con Madrid Espacios y Congresos, la empresa gestora de la Casa de Campo", explicaba ayer Francisco Martínez, director de la fiesta. "Nos dijeron el año pasado que tendríamos que cambiar la ubicación y nos ofrecieron la Ciudad de los Muchachos, pero no es un sitio adecuado", añadía.
Hace 15 días, y gracias a la intervención de los concejales de IU, consiguieron el permiso del Consistorio para volver a celebrarla en la Casa de Campo y en términos económicos asequibles para un partido con las cuentas raquíticas, tras el varapalo de las pasadas elecciones, que les dejaron con un diputado en el Congreso. El precio del alquiler era de 50.000 euros, como el año pasado. Pero, según Martínez, la empresa "exigía pagos por adelantado".
Víctor Ibárriz, el gerente, aseguró ayer que lo único que se les pidió fue una garantía de pago en forma de pagaré, "por la situación económica general de incertidumbre, pero se les ha apoyado en todo lo demás como siempre".
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