Arte, no gamberrismo
Erandio acogió ayer la quinta edición de 'Spraikada', cita que fusiona el 'graffiti' con el euskera
Por una vez, las prisas no tenían que ver con la aparición de la pareja de la Policía Municipal, bloc y bolígrafo en mano: nombre, apellidos, DNI, multa. Ayer, los grafiteros no vigilaban los extremos de su pared, sino las agujas del reloj. Ocho horas y media, de 10.00 a 18.30, tenían para completar su obra, y a más de uno le pilló el toro. "Lógico si tenemos en cuenta la complejidad de algunas propuestas", explica Sonia Pérez Anguera, miembro de Topagunea, la Federación de Asociaciones de Euskera que organizó en Erandio la quinta edición de Spraikada, el Certamen Vasco de Graffiti.
"Vimos que el graffiti iba adquiriendo popularidad en Euskadi, pero que el modo de vida, la estética y la música que se le asociaba eran castellano-parlantes. Y decidimos organizar este concurso de graffiti en euskera para demostrar que este y cualquier otro medio de expresión son compatibles con nuestra lengua", asegura Pérez Anguera. "También perseguimos un fin cívico, demostrar que un grafitero no es un gamberro, sino un artista urbano", aclara.
El Ayuntamiento se compromete a conservar los murales sine díe
Tras recibir 30 bocetos, casi todos elaborados con Photo-shop, diez fueron las propuestas seleccionadas, las que plasmaron ayer sus creadores sobre las paredes habilitadas por el Ayuntamiento de Erandio, de 7x2 metros, en las que permanecerán los próximos años. "Unas propuestas son más gore, otras están más cerca del mural. Hay controversia sobre lo que es y lo que no es graffiti. Al final, graffiti es aquella obra realizada con spray sobre una pared", explica Joxe Rojas, de Topagunea.
Ayer, todo corrió a cargo de la organización: 700 metros cuadrados de pared, 500 kilos de pintura blanca, 1.200 botes de spray y otras tantas boquillas. Y es un alivio, porque el graffiti no es barato. "Hay muy poca gente en Euskadi que se dedica profesionalmente al graffiti. La mayoría hacemos algún trabajillo por encargo", dice el gasteiztarra Ojodecuervo, ganador ayer junto a Kapone del segundo premio. Un bote de spray cuesta 2,60 euros y una boquilla, 0,50. Son necesarios 60 botes para pintar una pared de 15 metros cuadrados.
El jurado valoró criterios como la fidelidad con respecto al boceto presentado, los trazos, la combinación de los colores entre sí y con el entorno, y la originalidad, pues el plagio también se da aquí. Ganó los 1.500 euros del primer premio la obra Fashion Biktima, de JEAS&Diego Glenny.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.