Qué han estudiado los líderes
El perfil que más se repite entre los ejecutivos es el de ingeniero. En el caso de los políticos, la carrera más común es Derecho.
Esta semana se han conocido las notas de corte del examen de selectividad para acceder a las diferentes facultades universitarias. Quizás algunos estudiantes aún se pregunten a estas alturas si han tomado la mejor opción para labrarse un futuro. No hay reglas que aseguren el éxito profesional, pero ahí va una pista para los más indecisos: el currículo que más se repite entre los principales ejecutivos españoles es el de ingeniero, con estudios universitarios en un centro público y un posgrado en administración de empresas en una escuela de negocios privada.
La formación académica de los directivos españoles ha evolucionado en las últimas décadas. Ya no basta con una carrera universitaria para abrirse paso entre la élite. "Hace 30 años, un profesional entraba en una compañía y hacía toda su carrera en ella. Ahora es normal cambiar de trabajo cada cierto tiempo, lo que exige una formación continua y más multidisciplinar. Además, la globalización implica que un mismo grupo esté presente en varios países", explica Marcel Planellas, profesor y secretario general de ESADE.
Los directivos prefieren hacer un máster; los políticos oposiciones
Los expertos creen que los consejos deben reflejar más variedad de carreras
Entre los principales ejecutivos de las compañías del Ibex 35, el índice bursátil español se referencia, 16 tienen una ingeniería en su currículo (preferentemente Industriales y Caminos), 13 proceden de Económicas y siete estudiaron Derecho. Además hay un químico (José Lladó, de Técnicas Reunidas) y un informático (Guillermo Ulacía, Gamesa). Emilio Botín (Banco Santander), José Manuel Martínez (Mapfre), Enrique Díaz-Rato (Cintra) y Juan Miguel Villar Mir (OHL) cuentan con dos carreras cada uno.
Pero, ¿de verdad importa el currículo para acceder a un cargo de responsabilidad? "Si hablamos de cargos importantes, los estudios son lo de menos; pesa más la experiencia de ese ejecutivo y cómo lo ha hecho en anteriores cargos. El expediente académico importa sólo en los primeros trabajos", reconoce Carlos Alemany, director ejecutivo de Korn / Ferry, la firma de cazatalentos que ayudó a Amancio Ortega a elegir a Pablo Isla como sustituto de José María Castellano
La competencia y la profesionalización de las compañías provoca que llegar al gotta directivo sin traspasar la línea del bachillerato sea cada vez más complejo. En el Ibex 35, por ejemplo, sólo se dan dos casos de la figura tan típicamente estadounidense del self-made man. Se trata del propio Ortega (aunque en su caso la dirección ejecutiva en Inditex está delegada en Isla, licenciado en Derecho y abogado del Estado) y de Paolo Vasile, consejero delegado de Telecinco. Dentro del sector inmobiliario sí ha sido más normal la aparición de figuras sin un brillante expediente como Luis Portillo (Colonial) y Joaquín Rivero (Metrovacesa). Sus nombres aparecían hace sólo unos meses en las listas de hombres más ricos del país y hoy están relegados a un segundo plano por la crisis del ladrillo.
Aunque se va subsanando con el paso de las generaciones, la capacidad para hablar idiomas, sobre todo inglés, sigue siendo uno de los puntos débiles de la clase directiva española. En este sentido, entre los primeros espadas del empresariado patrio los que han estudiado en el extranjero aún son minoría: José Oliú (Banco Sabadell), Ana Patricia Botín (Banesto), Antonio Zoido (BME), Isidro Fainé (Criteria), Rafael Del Pino (Ferrovial), Luis Atienza (REE) y César Alierta (Telefónica).
Otro punto a mejorar, según los expertos, es abrir la puerta de la alta dirección a gente procedente de carreras alternativas. "Lo ideal sería que en los consejos de administración hubiese mucha mayor diversidad en la formación académica de sus miembros. No sólo ingenieros y economistas. Eso enriquecería la toma de decisiones", explica Guido Stein, profesor del departamento de dirección de personas de IESE.
Un aspecto que no se aprende en la universidad es la capacidad de comunicación. "Entre las funciones del principal ejecutivo está la de ser la imagen pública de la empresa en el exterior. Hay algunos directivos que esta tarea la desempeñan bien, pero otros no", comenta Planellas.
Si entre los empresarios se impone una formación de ciencias, en el caso de los políticos ganan por goleada las letras, siendo los estudios de Derecho los que más se repiten. El propio presidente del Gobierno es licenciado en Derecho por la Universidad de León, cumpliendo así una regla no escrita entre los inquilinos del palacio de la Moncloa tras la restauración de la democracia. Además de Zapatero, en el Consejo de Ministros se sientan otros seis licenciados en Derecho (Fernández de la Vega, Moratinos, Bermejo, Chacón, Molina y Corredor). Tras los expertos en leyes se sitúan los economistas (Álvarez, Sebastián, Espinosa, Salgado -también es ingeniera industrial-). En el equipo de Gobierno también hay hueco para gente sin formación universitaria como el titular de Trabajo, Celestino Corbacho, en cuyo currículo sólo figura el dato de "profesional del comercio".
Como ocurre con el Ejecutivo, entre los principales líderes del PP la licenciatura en Derecho es también la más común. Rajoy, Cospedal, Sáenz de Santamaría, Arenas y González Pons cursaron esta carrera.
Mientras que en el caso de los ejecutivos empresariales es típico realizar un máster en una escuela de negocios, la formación complementaria de los políticos españoles se orienta hacia la oposición a una plaza de funcionario del Estado.
¿Está igual de bien formada la clase política que la empresarial? Los expertos tienen sus dudas. "Los jóvenes están algo mejor preparados, pero, en líneas generales, su formación es inferior a la del mundo empresarial, ya que las personas que se dedican a la política suelen terminar su carrera universitaria y optar a un cargo público en las siguientes elecciones municipales", explica Alemany. "En el mundo empresarial, la estadística dice que hay una selección de los mejores. En la política, en cambio, funciona mucho más la elección por cooptación", añade el experto de Korn / Ferry.
Esta opinión es compartida por Marcel Planellas, quien reconoce que en política los criterios de selección son eso, "políticos". Esta situación, sin embargo, debería cambiar según Planellas, puesto que en la tarea de todo cargo público hay una parte de técnica, de gestión, "en la que se ven obligados a manejar grandes presupuestos y gestionar equipos de trabajo". Por este motivo, las escuelas de negocios empiezan a incorporar en sus planes de estudios programas para políticos.
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