Polonia vende sus empresas
El Gobierno diseña un plan para ingresar 8.900 millones
Desde compañías del sector aéreo y del turismo, hasta bancos, constructoras y astilleros van a pasar a manos privadas en Polonia. El país ex comunista ha puesto en marcha un ambicioso plan de privatizaciones con el objetivo de reducir el peso del Estado en la economía del 20% al 10% del Producto Interior Bruto, ingresar miles de millones de euros y dar un impulso a la Bolsa de Varsovia. El Estado prevé deshacerse de participaciones en 740 firmas públicas a cambio de 30.000 millones de zlotys (unos 8.900 millones de euros) en cuatro años. Pero la crisis financiera internacional amenaza con frenar el programa.
Los inversores, extranjeros y nacionales, se han vuelto más cautos que nunca por los problemas para encontrar financiación a raíz de la crisis hipotecaria, si bien Polonia sigue clasificada como una de las economías emergentes más dinámicas del mundo. El primer revés para los planes del Gobierno liberal polaco llegó a finales de junio, con la salida a Bolsa de la empresa química Tarnow, la primera privatización en el país desde 2006. Dos compañías controladas por el Estado tuvieron que salir al rescate en la oferta pública de venta (OPV) porque la baja demanda de los inversores ponía en riesgo la operación. Los analistas puntualizan que el caso de la empresa Tarnow era especial, no da beneficios y el precio de salida era poco atractivo, lo que no significa que el resto de ventas se vayan a retrasar.
La crisis financiera amenaza con frenar el programa ante la cautela inversora
Las privatizaciones incluyen algunos balnearios y fábricas de muebles
El nuevo Gobierno pretende así dar un giro a la política económica
Al menos de momento, el Gobierno ha decidido seguir adelante con sus planes de ingresar este año 1.500 millones de euros con la venta de participaciones en grupos como los de energía Polska Grupa Energetyczna y Enea. La mayoría de las privatizaciones se harán a través de ofertas públicas de venta en la Bolsa de Varsovia y una pequeña parte se venderá a través de concursos. El mapa de privatizaciones polaco incluye pequeñas compañías de varios sectores, como balnearios y fabricantes de muebles que todavía siguen en manos estatales casi dos décadas después de la caída del comunismo, en 1989. También están en juego la aerolínea de bandera Lot y algunas unidades de negocios de los ferrocarriles PKP, cuya venta está prevista para finales de 2011. Entre las operaciones está la del banco PKO, el segundo del país. Un 51% de su capital está hoy en manos públicas y el porcentaje se reducirá al 30% como mucho, según el objetivo del ministro del Tesoro, Aleksander Grad. "Queremos asegurarnos de que el único inversor estratégico sea el Estado", ha dicho.
También están abiertos a los inversores los astilleros del norte del país, en el mar Báltico, que atraviesan una profunda crisis. La Comisión Europea ha dado de plazo al Gobierno polaco hasta septiembre para presentar un plan de rescate que garantice la viabilidad de estos centros y evitar tener que devolver los 2.300 millones de euros en ayudas que han recibido desde 2004 y que Bruselas considera ilegales. Devolver el dinero forzaría la quiebra de estos astilleros, entre los que están los centros de Gdynia y Szczecin, en manos del Estado, y también el recientemente privatizado astillero de Gdansk, donde nació en los ochenta el movimiento anticomunista del sindicato Solidaridad, liderado por Lech Walesa.
Las reglas de la UE permiten dar ayuda financiera a las compañías en crisis sólo si se acompaña de planes de reestructuración, que habitualmente conllevan recortes de producción y de empleos. El Gobierno polaco está en conversaciones con varios inversores para la privatización del astillero de Szczecin y es posible que el grupo industrial ucraniano Donbass, que adquirió el de Gdansk en octubre pasado, compre también el de Gdynia.
Quedan fuera del programa grandes compañías como las petroleras PKN Orlen y Lotos, el grupo de distribución de gas PGNiG y el productor de cobre KGHM, porque según el Ejecutivo primero tienen que someterse a una reestructuración a fondo.
Se trata de un giro en la política económica del país con el nuevo Gobierno que, desde que llegó al poder en octubre pasado, ha querido pone en marcha políticas de liberalización de los mercados e impulsar las privatizaciones después de que estuvieran virtualmente congeladas por el anterior Ejecutivo, en manos del partido conservador Ley y Justicia de los gemelos Lech y Jaroslaw Kaczynski.
El 40% del dinero ingresado por las privatizaciones se destinará al sistema de pensiones. El resto se repartirá entre educación, compensaciones por las nacionalizaciones llevadas a cabo durante la etapa comunista y reducir la deuda pública. Con crecimientos anuales superiores al 6% durante los últimos años, Polonia se ha convertido en una de las economías más activas del mundo, gracias también a los miles de millones de fondos comunitarios que ha recibido desde su ingreso en la Unión Europea, en mayo de 2004.
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