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Reportaje:literatura

Esquizofrenia y delirio a través del hilo telefónico

Juan Ramón Biedma presenta 'El efecto Transilvania' en la Semana Negra de Gijón

Al otro lado del teléfono hay una persona que se empeña en contar lo que parece ser un delirio. Una persecución, un fantasma que acecha, un peligro inminente. El telefonista de la línea nocturna de emergencias es escritor por las mañanas, así que se relame pensando que se encuentra ante una trama que promete.

El telefonista de la línea de emergencias sanitarias es Juan Ramón Biedma (Sevilla, 1962), que le debe a sus 18 años de trabajo al teléfono el origen de su nueva novela, El efecto Transilvania (Roca): "Hay un paralelismo: trataba de escribir por la mañana y, por la noche, escuchaba delirios. Pensé que detrás de esos delirios había algo sólido, vivencias reales con las transformaciones derivadas de un transtorno mental, y de ahí nace la idea de escribir la novela".

El título surgió en una de esas largas noches. "Hay picos de llamadas en los días de luna llena. Los americanos han etiquetado este fenómeno como el efecto Transilvania, así que el nombre de la novela es puramente clínico", explica Biedma con su voz grave y pausada (con la cual también se ganó la vida en la radio y que bien podría haberle valido para locutar historias de misterio).

Atrás quedaron los desvelos porque Biedma, que estudió Derecho y padece una minusvalía física que lo mantiene en silla de ruedas, se dedica en exclusiva a la escritura desde hace tres años. Continúa su rutina de escritor matinal, afirma que "las tardes son para nutrirme de lo que pasa a mi alrededor", y por eso cree que lleva "una especie de doble vida".

Paralelismo y doble vida. Estas constantes en la vida de Biedma aparecen también en la trama de la novela que presenta hoy dentro de la Semana Negra de Gijón. "Quería aproximarme a la esquizofrenia desde el interior de la persona que la padece", acota. En el drama de Eme, el adolescente que protagoniza El efecto Transilvania, no hay sólo misterio, aunque transcurra en una Sevilla poblada de niñas que levitan, pirámides a medio construir, fantasmas y lagartos de dos cabezas; consciente de que a las personas con trastornos mentales "no se les suele prestar mucha atención", el escritor traslada al lector al mundo que ve el joven. "La idea es descomponer la mirada del lector, porque es la forma en la que el protagonista termina viendo la ciudad a la que acaba de llegar".

La intención del autor es "crear atmósferas psicóticas con elementos sobrenaturales, procurando que estén siempre engarzadas en la vida de la gente". Las atmósferas góticas de Biedma ya se asomaban en su primera novela, El manuscrito de Dios, a la que siguieron El espejo del monstruo, y El imán y la brújula. Ahora prepara El humo en la botella, que "será una continuación, una visión realista del mundo de la esquizofrenia visto desde fuera", afirma el autor.

El escritor sevillano Juan Ramón Biedma.
El escritor sevillano Juan Ramón Biedma.CLAUDIO ÁLVAREZ

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