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Reportaje:teatro

El ser o no ser de Juan Diego Botto

El actor dirige e interpreta en el Festival de Almagro un 'Hamlet' a la española

El Hamlet español del siglo XXI ha nacido. Ya no es el joven romántico y atormentado (a veces interpretado por sexagenarios actores) que se arrastra por los rincones de palacio llorando el asesinato de su padre a manos de su propio tío. Ahora es un joven profundamente cabreado, airado, que no está dispuesto a permitir que el culpable se vaya de rositas y que responde a actitudes psicológicas de un hombre rabiosamente actual.

Ese príncipe de Dinamarca ha llegado al teatro marcando una nueva era de la mano del actor y director Juan Diego Botto, que el martes estrenó su Hamlet en el Festival de Almagro, con un elenco formado por José Coronado, Nieve de Medina, Marta Etura, Luis Hostalot, Juan Carlos Vellido y él mismo.

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El montaje, que se representará en la antigua Universidad renacentista de Almagro hasta este sábado y que después iniciará una larga gira por toda España, ha coincidido con otros shakespeares en el festival y con el Hamlet de Jaroslaw Bielski, que también ha apostado por un príncipe de Dinamarca joven y alejado de los estereotipos de galán.

Botto se subió a un escenario por primera vez, en el Centro Dramático Nacional, con 12 años. Desde entonces no ha parado de trabajar como actor de teatro, cine y televisión, guionista, director, dramaturgo y autor teatral. Con esa inquebrantable metodología de currante incansable ha afrontado su mayor reto profesional encarnando este personaje -la interpretación la alterna con su primo Alejandro Botto- con el que emocionó al público la noche del pasado martes. Un Hamlet muy distinto a todos los que se recuerdan en escena e incluso en cine.

No es un joven romántico y atormentado que sufre por las esquinas, calavera en mano. Su príncipe está cabreado, indignado, no quiere venganza, quiere justicia, como aclara el propio Botto: "No oculta su mosqueo, su actitud tiene que ver con la sensación de postergación de la justicia, no hay que olvidar que cuando llega es, tras cinco actos y de manera accidental, alguien que no consigue que se encarcele al responsable de la muerte de su padre", señala este actor que tampoco ha encontrado a los asesinos de su padre, el actor Diego Fernando Botto, desaparecido en Argentina en 1977, tras el golpe de Estado del general Videla, dos años después de que naciera el también hijo de la directora y actriz Cristina Rota.

"Hemos pretendido hacer una versión dinámica, concisa, tratando en todo momento de que el espectáculo se comprenda con facilidad y rescatando todo lo que tiene de humor", comenta Juan Diego Botto, que también habla de otros dos aspectos que han subrayado: "el poder y la familia, siempre en todas las obras de este autor, pero de manera muy notable en ésta", señala.

En opinión de José Coronado, que siempre regresa al teatro, éste de Hamlet ha sido un viaje maravilloso: "Aparte de la belleza de la dramaturgia, que no tiene desperdicio, y del ritmo con que Juan ha montado la obra, es fascinante ver cómo se involucra al espectador, todo el que entra se siente súbdito del reino de Dinamarca", opina el actor.

Por su parte, la actriz Nieve de Medina agrega: "Es la hora de los valientes, Juan Diego Botto y Ortiz de Gondra son unos ganadores", dice de los responsables de haber elegido la versión de Leandro Fernández de Moratín publicada en 1802 -la primera traducción que se hizo de esta obra en España directamente del inglés- y que muchos especialistas consideran no superada.

Tras muchas discusiones, no han optado por el "existir o no existir" de este traductor, sino por el tradicional "ser o no ser" que siempre se espera de Hamlet.

Juan Diego Botto, durante uno de los ensayos de <i>Hamlet</i> el pasado martes en la antigua Universidad renacentista de Almagro.
Juan Diego Botto, durante uno de los ensayos de Hamlet el pasado martes en la antigua Universidad renacentista de Almagro.ULY MARTÍN

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