La vía abierta de la alternativa de gobierno volvió a aparecer
Dolores de Cospedal abrió el melón. Lo hizo para alertar de que es posible, a su juicio, un modelo político en el País Vasco que no descanse sobre los nacionalistas. La idea de la nueva secretaria general del PP, pocas horas después de conocerse los resultados del Euskobarómetro más inquietante para el actual tripartido, no pasó desapercibida en algunas de las intervenciones escuchadas ayer en el congreso del Euskalduna.
Javier Arenas, curtido en los mensajes, en su condición de vicesecreyario de Política Autonómica y Local del PP, elevó un poco más el listón de la exigencia para sus compañeros del País Vasco, al asegurar que este partido "es la única alternativa real al nacionalismo ante un socialismo completamente acomplejado". Lógicamente, cada uno de los líderes populares que tomó la palabra no desaprovechó la oportunidad de insistir en la conveniencia de "acercar el mensaje del partido a los ciudadanos", una letra en la que Antonio Basagoiti y Alfonso Alonso empezaron a insistir desde que se conocieron los resultados del pasado 9-M.
En diferentes usos verbales, el nacionalismo ha sobrevolado con frecuencia en este congreso. De un lado para dar un sello a la ponencia, aunque queda por conocer cuál será la puesta en escena de su contenido en cada momento político. De otro, la posibilidad de ser una alternativa real a la actual situación. Y por el medio, críticas lógicas desde el posicionamiento del PP a la política lingüística de Ibarretxe. Para Arenas, por ejemplo, se trata de "toda una agresión a lo común y un complemento de su proyecto independentista, extraordinariamente parecida a la de Montilla o a la de Antich".
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