Chispa menguante
Muhtar Kent es un veterano en Coca-Cola. Y ahora como consejero delegado debe demostrar que es algo más que el ojo derecho de Neville Isdell, del que acaba de tomar el relevo. Kent fue el que movió los hilos para la compra de Energy Brands, con la que metió a la compañía en el negocio de las bebidas sin gas, y sorprendió al mercado con la Zero. Pero los 4.100 millones de dólares que invirtió hoy le pueden salir caros con la actual coyuntura.
El relevo se produjo el 1 de julio, aunque se anunció en diciembre. Coca-Cola parece estar perdiendo su chispa, al menos en Wall Street, donde sus acciones se pagan a 51 dólares, un 20% menos del máximo de los últimos ocho años marcado en enero. El parón económico en EE UU y Europa y el precio de la gasolina están afectando a sus ventas.
Kent, de 55 años, ha estado al frente de la supervisión de las operaciones diarias, lo que le da un conocimiento pleno de la compañía. Insiste en que el grupo está bien posicionado para capear el temporal, y ve un gran potencial de negocio en países emergentes.
Hijo de diplomático turco, el neoyorquino entró en Coca-Cola en 1978. Junto a Isdell, orquestó la expansión de la firma a la extinguida Unión Soviética y en los últimos años se convirtió en pieza clave para volver a encarrilar la compañía, tras años de dificultades. Es un gran estratega, que apostó por la diversificación, y su fuerte está en la estrecha cooperación con las embotelladoras.
Su carrera tiene un paréntesis oscuro que despertó dudas sobre su nombramiento. Se vio envuelto en un episodio de información privilegiada cuando estaba al frente de la embotelladora Amatil (Australia), por la venta de unas acciones en 1996 antes de que se alertara a los inversores sobre la proyección de beneficios. Nunca se le acusó de haber cometido irregularidades, y resolvió el expediente devolviendo lo que ganó.
Tras pasar por la embotelladora Efes (Turquía) y limpio de toda sospecha, Kent volvió a Coca-Cola en mayo de 2005 como presidente para Euroasia y Oriente Próximo. Ocho meses después, fue ascendido a presidente de Coca-Cola International y ese mismo año se puso al frente de las operaciones del grupo. Junto a Isdell desarrolló la cola baja en calorías, Zero, su mayor éxito desde la Diet o Light, y solucionó los problemas en Japón, India y Filipinas.
Lo que no fue capaz de corregir fue la continua caída de ventas en Estados Unidos. En mayo, Coca-Cola anticipó una caída de beneficios. A la crisis económica, se le suma la batalla de los consumidores contra el agua embotellada. Y también la revisión a la baja de las previsiones en otros mercados, como Italia y Europa del Este. El nerviosismo en el parqué es evidente, y Kent deberá convencer al inversor de que está reaccionando en exceso. -
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