El efecto Leire
La juvenilia que se ha instalado en la vida española ha encontrado su cénit esta semana en el hecho de que la nueva secretaria de organización del PSOE tiene 31 años.
Como si sólo tuviera 31 años Leire Pajín.
Pero a veces de los jóvenes se dice sólo que son jóvenes. Y esa noticia, que Leire Pajín es joven, ha tenido tanto poder mediático que todo el mundo ha creído que en el PSOE ya sólo mandan los pipiolos.
De hecho, uno del PSOE que peina canas desde hace décadas, Joaquín Leguina, dijo estos días que estaba educando a su nieta para que mandara en el partido. Él se considera obsoleto. Él, que es un buen estadístico, no se ha leído sino la biografía de Leire. Porque si se hubiera leído las otras, habría sacado la media aritmética, que baja un poco de cincuenta años, y no tanto.
En la Ejecutiva tiene casi 50 Pedro Zerolo, que siempre parece que tiene treinta y tantos. El presidente, Manuel Chávez, tiene más de 60, y la nueva de Integración y Convivencia, Bernarda Jiménez, nació en la República Dominicana hace 58 años.
Se ha tomado la parte por el todo. A eso se le llamaba antes generalizar, y ahora se le llama enfocar, poner el foco. Se puso el foco sobre el PP y salió que Soraya Sáenz de Santamaría es una chiquilla; llevados por esa generalización, se ocultó que casi todos los demás -incluida Ana Mato, que tiene 50 años- peinan canas, desde el líder abajo, pasando por Javier Arenas, que es un continente de canas.
Y en el PSOE, el efecto Leire ha sido devastador... para los que peinan canas, que al lado de su aura juvenil han quedado eclipsados. Claro, hemos ayudado los medios. Leire es joven, pues digamos que el PSOE se rejuvenece, que Zapatero hace machuco y limpia incluso con su generación. Y ahí están, pero envejecidos por el ahora famoso efecto Leire.
Es una conspiración contra los que tienen más de cincuenta. Claro, TVE jubila a Cristina García Ramos y a José Antonio Maldonado -y a miles-, que aún no han llegado a los sesenta, y ya se piensa que las canas están tachadas de la patria. Ahora ves a alguien que ya tiene cincuenta y le cedes el asiento en la guagua.
En Estados Unidos hay un tipo que quiere ser presidente a los 71, y Walter Cronkite, una leyenda de la tele, se jubiló a los 80 y luego lo reengancharon; en este país te preguntan por la calle cuándo te vas si ya han descubierto que te nacen unas canas en las sienes. Y es que éste es un país en perpetuo estado de jubilar... a los otros.
O eres Leire o estás acabado. Y tampoco es eso.
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