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Un inspector revisará Cofrentes tras el tercer incidente en 10 días

La central nuclear registra la segunda prealerta de emergencia este año

Sara Velert

La central nuclear de Cofrentes sufrió en la noche del jueves la segunda prealerta de emergencia de este año al abrirse por un cortocircuito una de las válvulas que evitan una subida de presión imprevista en el reactor. El suceso mantuvo la instalación en estado de prealerta un hora y 23 minutos, durante los cuales Cofrentes redujo la potencia del reactor al 65% y desconectó el cable eléctrico defectuoso para cerrar la válvula.

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) calificó el suceso de nivel O, es decir, sin consecuencias para la población o el medioambiente. Sin embargo, el organismo de control de las centrales nucleares españolas tomó la decisión de enviar una "inspección reactiva" a Cofrentes, lo que implica que un especialista en las piezas afectadas por el incidente comprobará in situ lo ocurrido y la información facilitada por la central sobre la avería. El Consejo tiene dos inspectores residentes en la nuclear valenciana, pero pretende reforzar la investigación del fallo que provocó la prealerta. No obstante, fuentes del organismo afirmaron que no hay "ningún problema de seguridad" y negaron que la inspección sea una reacción a la acumulación de fallos en Cofrentes. "Es una respuesta a este último suceso", recalcaron. El caso es que el CSN parece querer curarse en salud tras registrarse este año ocho incidentes de notificación obligatoria en la instalación de Iberdrola, los últimos tres en 10 días.

El pasado abril, otra válvula se activó de manera anómala, lo que provocó la primera prealerta del año, que duró ocho minutos. Tanto el CSN como la central negaron una relación entre los fallos de esas válvulas.Según explicaron fuentes de la nuclear, la "anomalía" del jueves en el cable de alimentación de la válvula "no tiene nada que ver" con el fallo mecánico en el cierre de otra pieza similar que activó la prealerta de abril. No obstante, la central revisaba ayer las conexiones eléctricas de las 16 válvulas de la línea de producción de vapor del reactor, que se abren para impedir cualquier presión indeseada en el reactor. En abril, Cofrentes tuvo que parar máquinas unos días para revisar la válvula con el cierre defectuoso, y ayer no aventuró un plazo para finalizar la verificación del sistema y retomar el funcionamiento normal.

La planta minimizó el alcance de esta última avería, y también restó importancia a los otros siete incidentes de este año, "sin consecuencias y todos de nivel 0", aunque en tres casos se tuvo que parar la central. Cofrentes aduce que el cambio de normativa hace algo más de un año ha elevado el número de casos a notificar al CSN y reitera que en ninguno se ha incumplido "una barrera de seguridad". Tampoco en las dos prealertas de emergencia este año, insistieron fuentes de la central. El plan de seguridad exige que en caso de un fallo en ciertos sistemas, como el de las válvulas de seguridad del circuito primario, se declare la prealerta, que implica una mayor prevención a la hora de afrontar la incidencia. El pasado jueves, la alerta duró casi hora y media, según Cofrentes "por precaución", ya que la válvula se cerró en minutos.

Durante 2007, la planta de Iberdrola comunicó un total de 15 fallos, entre ellos el incendio de un transformador que obligó a detener el reactor. En aquella ocasión, el CSN también envió un inspector para una verificación de los informes del suceso. La central, además, se sometió a un "saneamiento integral", como lo calificó el propio Consejo, al sustituir los tubos que inyectan agua a presión en las barras de control de la vasija del reactor, que contiene el combustible de uranio. Cofrentes había detectado en 2005 un goteo en ocho de los 290 tubos de ese sistema de control, y acabó cambiándolos todos el año pasado.

Tras el último fallo en Cofrentes y la "reiteración de fallos técnicos y la acumulación de sucesos de seguridad" en los últimos meses, Greenpeace dio por demostrado ayer "el agotamiento de la vida útil" de esta central, abierta desde 1984. La organización ecologista relacionó las prealertas de emergencia del 7 de abril y del pasado jueves por tratarse en ambos casos de un fallo de las válvulas del circuito primario, y exigió explicaciones "muy detalladas" al CSN sobre el origen y la "repetición en componentes tan importantes para la seguridad de la central". Una situación que los ecologistas ven con "extrema preocupación", especialmente cuando se acumulan tres incidentes en 10 días, como ha ocurrido en lo que va de mes, y se contabilizan 26 en tres años. "Greenpeace lleva denunciando mucho tiempo el incremento de riesgo de accidentes debido al creciente agotamiento de la vida útil de las centrales nucleares. Cofrentes es un claro ejemplo de una central envejecida y peligrosa", declaró en un comunicado Carlos Bravo, responsable de energía nuclear. Bravo exigió de nuevo al Gobierno el "prometido plan de cierre de las centrales".

Els Verds Esquerra Ecologista también reclama la clausura de Cofrentes. Por su parte, el diputado y portavoz de Iniciativa per Catalunya Verds en el Congreso, Joan Herrera, presentó ayer varias preguntas al Gobierno para que informe sobre uno de los últimos incidentes de la planta, que halló tierra contaminada por radiactividad.

El vicepresidente del Consell, Vicente Rambla, por el contrario, consideró una "temeridad" hablar de un cese de actividad de Cofrentes. Respondía así a la exigencia de que se cierre la planta lanzada por el diputado popular Fernando Giner, al que el Consell y su partido han ignorado para evitar polémicas. Iberdrola considera que la planta puede funcionar, si se prolongan los permisos, hasta 2035.

3 fallos en 10 días

- 1 de julio. Bajada de potencia al 60% por un desajuste en el circuito de aceite de una turbina de agua.

- 5 de julio. Se detecta

- 11 de julio. Reducción de la potencia al 65% por un cortocircuito que abre una válvula de seguridad.

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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