El genio del agua renace en la Expo
Que Zaragoza esté celebrando Expoagua 2008 debe mucho a un ingeniero fallecido en 1953: Manuel Lorenzo Pardo, autor de decenas de obras hidráulicas salpicadas por la cuenca del Ebro, artífice del Gran Embalse que lleva medio siglo garantizando el suministro de agua a Zaragoza y, sobre todo, creador y gran impulsor de la Confederación Hidrográfica del Ebro, que desde su inauguración en 1926 inspiró el modelo de gestión de todas las demás confederaciones de las cuencas españolas.
"Fue un genio renacentista", dijo de él ayer el actual presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, José Luis Alonso. Lorenzo Pardo fue autor de grandes obras hidráulicas, pero también un notable divulgador, un melómano amante de Beethoven, Bach, Schubert y Wagner, un fotógrafo muy dotado -fundó la Sociedad Fotográfica de Zaragoza- y un polémico "agitador social", en palabras de Alonso.
La Confederación Hidrográfica del Ebro fue tal vez la primera institución administrativa que incorporó a los regantes y demás usuarios a su propia gestión, un modelo estructural que resulta avanzado incluso en nuestros días. En 1926, sus enemigos la descalificaron como un "Estado dentro del Estado", y tenían parte de razón, porque la confederación, que a los dos años de su creación ya contaba con el respaldo de 1.800 asociaciones, se oponía frontalmente a un modelo jerárquico de la gestión política.
En 1929 ya se lo consideraba un "organismo autónomo", gracias a otra innovadora estrategia de Pardo: haber renunciado en los primeros años a la financiación pública. "Lorenzo Pardo tenía la capacidad de unir a la sociedad alrededor de una idea", destacó Alonso, que recordó que, cuando el ingeniero fue cesado de la dirección de la confederación, hubo una huelga general para protestar por ello.
Su nieta Cristina lamentó la pérdida, durante la Guerra Civil, de la biblioteca de 12.000 volúmenes de su abuelo. Entre los libros se hallaban unas cartas especialmente valiosas para la familia: su correspondencia con Albert Einstein. Fue Lorenzo Pardo quien preparó la única visita del físico alemán a España, y le sirvió de anfitrión durante su estancia. También frecuentó a Santiago Ramón y Cajal, en un indicio más de la amplitud de sus intereses científicos y culturales.
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