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El drama de la inmigración irregular

"Creo que ahí hay muertos"

Dos veleros de competición españoles alertaron sobre la patera a la deriva

Juan Morenilla

La llamada que en la noche del pasado miércoles alertó a la Guardia Civil sobre la situación de la patera a 30 millas de la costa de Almería no provino de un velero cualquiera. Llegó de los dos barcos españoles que a partir de octubre competirán en la próxima Vuelta al Mundo de vela, la regata transoceánica más dura y larga del planeta, dos embarcaciones con la más alta tecnología que navegaban entonces en esa zona.

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Ambos veleros del equipo Telefónica se entrenaban para la competición al sur de Almería, a 100 millas de Gibraltar, cuando observaron "una embarcación llena de personas, que incluso sostenían bebés en alto", según explicó ayer el equipo en un comunicado. Los tripulantes, 10 por cada embarcación y de varias nacionalidades, creyeron al principio que se trataba de "un pesquero más de los que hay por esa zona", pero al acercarse a la patera se dieron cuenta de la tragedia que vivía la embarcación. El equipo suspendió el entrenamiento y avisó de inmediato a la Guardia Civil.

Dos barcos ultramodernos, de 14 toneladas cada uno, altos como un edificio de 12 pisos y de 21 metros de eslora, con una superficie vélica como tres pistas de tenis, se situaron junto a una patera que apenas se mantenía a flote a la espera de las autoridades de salvamento. "Había gente pidiendo auxilio, en situación muy grave, pero les dieron órdenes de no abordar el barco salvo extrema urgencia y esperar a que llegara la Guardia Civil", comenta Pedro Campos, director del conjunto Telefónica de Vuelta al Mundo y que habló a través de un teléfono de emergencia con Bouwe Bekking, el patrón danés que estaba a bordo de una de las embarcaciones. Su voz delató la gravedad de la situación. "Creo que ahí hay muertos", le dijo Bekking a Campos antes de que llegara el equipo de salvamento. Jaime Arbones, otro de los tripulantes, relató a Campos que cuando se acercaron a la patera los sin papeles pidieron agua y gasolina.

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El barco de rescate llegó a las 20.10, y el equipo español siguió luego con sus entrenamientos, aunque con el ánimo hundido. "Cuentan que lo que vivieron fue muy duro, pero se marcharon contentos de haber salvado a tantas personas", explica Campos. El equipo español continuará entrenándose hasta el próximo día 14 ó 15 en alta mar, por lo que las comunicaciones con los dos barcos fueron ayer casi inexistentes. A su regreso, los tripulantes tienen previsto contar su experiencia "para que sirva de ejemplo y no se repitan casos así".

Según los navegantes, lo más impactante fue que "era una zona de mucho tráfico mercante y varios barcos pasaron cerca de ellos sin hacerles caso". "Había neblina, pero el mar estaba en calma. En esa zona, con un poco de corriente, no lo cuentan", contó Bekking a Campos. "El barco en el que iban, sin casi ropa, sin agua, con tanta gente a bordo...", relató, conmovido.

Uno de los supervivientes, a su llegada al puerto de Almería, la medianoche del miércoles.
Uno de los supervivientes, a su llegada al puerto de Almería, la medianoche del miércoles.REUTERS

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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