Royal relaciona a Sarkozy con un asalto a su domicilio
La ex candidata socialista a la presidencia francesa, Ségolène Royal, ha acusado al presidente, Nicolas Sarkozy, de estar "relacionado" con la reciente intrusión de unos desconocidos en su domicilio, que no robaron prácticamente nada pero que dejaron claros mensajes intimidatorios, además de ponerlo todo patas arriba. El Gobierno conservador, así como la Unión por un Movimiento Popular (UMP), reaccionó ayer de forma brutal, descalificando a Royal con los mismos argumentos despreciativos que le llovieron durante la campaña electoral. Desde el Partido Socialista (PS), enfrascado en la batalla por el liderazgo, muy pocas voces salieron en su defensa.
"La semana pasada, en el instante en que dije que había que poner fin al dominio del clan Sarkozy sobre Francia, mi domicilio fue saqueado", explicó Royal la noche del martes en una entrevista en la cadena France 2. "¿Establece usted una relación entre ambos hechos?", le preguntó la periodista. "Sí, es una curiosa coincidencia y es la segunda vez que entran en casa; la primera fue durante la campaña presidencial", respondió.
Royal, que la semana pasada ya había protagonizado una agria polémica cuando, prácticamente en solitario, denunció que Sarkozy estaba manipulando en su beneficio la liberación de la rehén franco-colombiana Ingrid Betancourt, señalando que "no había tenido nada que ver" con la operación de rescate, volvía así a provocar las iras de la derecha gubernamental y el desconcierto de buena parte de los dirigentes de su partido. Y conseguía, de paso, situarse como la única oposición visible a la política del presidente Sarkozy.
"Pierde el control"
El primer ministro, François Fillon, recurrió a la misma dialéctica que han utilizado los rivales de Royal desde que se lanzó a la batalla por la presidencia, que no es otra que la de dibujar el perfil de una mujer histérica. "La señora Royal pierde el control de sí misma", dijo, "y siempre utiliza el mismo método". Para Fillon, las insinuaciones sin pruebas de Royal son "vergonzosas", "irrisorias", deben formar parte de las páginas de sucesos y no hacen más que confirmar su nerviosismo después de la gran "metedura de pata" consistente en "romper ella sola la unanimidad nacional en torno a la liberación" de Betancourt.
Desde su propio campo, también le llovieron las críticas.
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