_
_
_
_
_
Reportaje:

Del mercado a casa via mail

La plaza de abastos de Santiago es la única en Galicia que vende por Internet

"Pescado de las rías gallegas, para dos días y para dos personas". Aceptar. Hacer clic sobre el icono del carrito de la compra no sólo sirve para ahorrarse colas en grandes superficies, estaciones de tren o tiendas de electrónica. El pescado más fresco ya se vende por Internet. La plaza de abastos de Santiago, el segundo monumento más visitado de la ciudad después de la catedral, es el único mercado de Galicia en el que se puede comprar a través de una página web.

Es tan fácil como escribir la lista de la compra. Basta con conectarse a www.mercadodeabastosdesantiago.com para pasear virtualmente por la plaza. Pescado y mariscos. Clic. Después de elegir cuál de los 32 puestos del mercado nos convence más, escribimos el pedido. Pocos usuarios compran a ciegas. La mayoría de los internautas conoce las pescaderías y a veces, incluso llama por teléfono a las dependientas para preguntar qué género tienen y cuánto cuesta. "Se ahorran mucho tiempo", reconoce, Montse, quien recibe unos diez pedidos al día a través de la banda ancha. "Pero no es lo mismo que comprar en la plaza, mirar, pasear...".

La plaza de abastos recibe unos 30 pedidos al mes a través de su web
"Sólo así puedo comprar productos frescos y de calidad", cuenta un usuario

A Santi Moroño no le queda otra. Le encantaría ir a la plaza para mirar y pasear, pero cuando termina de trabajar, por la tarde, la plaza ya está cerrada. "Es la única posibilidad que tengo de acceder a productos frescos, de calidad y gallegos", cuenta este ingeniero de telecomunicaciones de 41 años. Moroño lleva un año comprando en el mercado por Internet. Todos los jueves escribe su lista de la compra electrónica. A veces, pide productos concretos en puestos determinados, pero otras, escribe "peticiones abiertas" como la del "pescado de las rías gallegas para dos días y para dos personas". "Siempre es sorpresa, pero siempre es bueno", asegura. Podría poner limitaciones de peso y de precio, pero se fía del especialista de compras del mercado, que "se encarga de buscar la mejor relación calidad/precio".

Laura y Pablo son los especialistas. Se encargan de gestionar los cerca de 30 pedidos electrónicos que reciben al mes y de llamar a los clientes cuando les surge alguna duda. Luego es el guardia de la plaza quien va comprando puesto por puesto. Los productos se guardan en dos cámaras de refrigeración hasta que llega el mensajero para llevar los alimentos a destino, donde se pagan contrarrembolso. Al final de la jornada, los comerciantes se acercan a la parada en la que se gestionan los pedidos y cobran su parte. "Esto es más complicado que comprar una pantalla de televisión", ríe Pablo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El mercado de abastos de Santiago vende por Internet desde hace cinco años. Es el único que ofrece este servicio en Galicia -algunos de Ourense y A Coruña se sumarán en breve- y de los pocos que lo hacen en España. La plaza compostelana gana en innovación a grandes mercados como el de la Boqueria de Barcelona o el de Vitoria, que todavía no han dado el salto a la red. Sólo el Central de Valencia, de entre las mayores plazas españolas, ofrece la venta por Internet. Quizás sea porque, como el de Santiago, cierra a las 14.30. Galicia no se subió al carro de ampliar los horarios de los mercados hasta las ocho de la tarde, como hicieron otros muchos.

"Antes me acercaba el sábado, pero entre aparcar, ir de un lado a otro y hacer colas, perdía mucho tiempo", cuenta José Miguens. Este profesor de Teo había sucumbido a las comodidades del hipermercado hasta que descubrió la página web de la plaza de abastos de Santiago. Sólo tiene una crítica: que te enteras de lo que te ha costado la compra cuando te la llevan a casa. "Sé que los precios varían cada día, pero yo necesito saberlos antes de reservar los productos y en Internet no aparecen", se queja. En la cooperativa que gestiona el mercado arguyen que no sería factible "tener a una persona actualizando el coste del género de todos los puestos de la plaza [un total de 177 distribuidos en seis naves]". A Moroño eso le da igual. "Yo tengo confianza", argumenta. Lo demuestran los más de 30 euros semanales que se gasta en el mercado entre pescado, productos lácteos llegados de granjas ecológicas, pan, hortalizas y verduras.

Él paga en mano, pero los hay todavìa más modernos. "Como una señora de Madrid que encarga merluza, xoubas y pimientos de Padrón por Internet todos los meses y paga por transferencia bancaria", explican en la plaza.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_