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Entrevista:CRISTINA SEGURA | Médica del Centro de Salud Ronda Sur

"Tener un teléfono te salva la vida"

Cristina Segura Schulz se desabrocha la bata blanca. Coge su maletín de médica y sale apurada del centro de salud de Ronda (Málaga). Son las 10.00 y comienza "la ruta de pueblos". Tiene a su cargo unas 30 localidades malagueñas en las que decenas de enfermos terminales, la mayoría con cáncer, reciben cuidados paliativos. Esta médica de atención primaria no se achanta ante el exceso de pacientes, "la gran carga emocional", ni la falta de medios. "No estoy sola", explica. Y señala a Auxiliadora García, la enfermera que no se separa de ella. Las dos mujeres forman la unidad de cuidados paliativos de la Serranía de Ronda.

Segura Schulz, de 35 años, lleva cinco en Ronda y también va "de pueblo en pueblo" para atender problemas oncológicos. Vio tanta necesidad en las Urgencias de los hospitales rurales que decidió dedicarse a los más necesitados. Desde mayo pasa mucho tiempo en su coche. "Se aprobó el plan andaluz de cuidados paliativos coincidiendo con la presentación de mi proyecto", celebra la doctora. "La gerente ya estaba buscando profesionales desde hacía tiempo porque muchos enfermos tienen unas necesidades que la atención primaria no puede cubrir y no hay demasiados médicos que quieran venirse a los pueblos".

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Más enfermos, menos médicos

Schulz se permite una queja: "Deberíamos estar ubicadas en el hospital de Ronda pero no hay espacio físico. También hemos pedido un coche y más personal. No podemos con todo". Por si no fuera suficiente, el pasado miércoles le anunciaron que varios pacientes de la sierra de Cádiz se incorporarán a su servicio de cuidados paliativos. "De momento les ofreceremos sólo asesoramiento telefónico porque no podemos llegar a todas partes", se lamenta.

La doctora y la enfermera llegan cada día a las 8.00 al Centro de Salud Ronda Sur. La consulta 11 parece una centralita. Los enfermos llaman por teléfono sin parar. Piden medicinas, consejos y, sobre todo, una visita a domicilio que les calme el dolor o la ansiedad. "A veces están muy solos", se preocupa la médica. A partir de las 10.00, dejan los teléfonos y comienza "la ruta". Genalguacil, Gaucín, Cortes de la Frontera son algunos de los pueblos que visita. La primera visita de hoy es a un hombre de 50 años con cáncer de boca. Ya se ha extendido por la yugular y no puede respirar. "Necesita unos tranquilizantes específicos que el médico de familia no le proporciona". Después visitan a una anciana con "demencia senil muy avanzada". Luego, un enfermo de huesos... Por la tarde se supone que descansan "aunque el móvil no para de sonar".

Segura Schulz mantiene una sonrisa amable y habla de una vocación muy clara. "Me gusta más la cercanía con la gente del pueblo. La relación con los pacientes en las ciudades es más fría porque falta tiempo y personal". Lo único "negativo" de su vida dedicada a los enfermos terminales no tiene que ver con su profesión: "Echo de menos el mar de Málaga", confiesa. Y se permite otra crítica: "Las carreteras por aquí son horribles y lo paso mal en el coche". Pero entonces recuerda la satisfacción de echar una mano a los enfermos: "A veces, cuando no se sabe qué hacer, tener un teléfono te salva la vida".

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Cristina Segura, en el Centro de Salud Ronda Sur.
Cristina Segura, en el Centro de Salud Ronda Sur.JULIÁN ROJAS

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