Un caparazón contemporáneo

El cocooning (del inglés, cocoon, caparazón) es una idea de alojamiento que goza de numerosos adeptos en las capitales mundiales del diseño: Milán, París, Londres, Nueva York..., y ahora Barcelona. Su promotora, Yessica Delgado Fritz, ofrece en la primera planta de un inmueble centenario del Eixample un facsímil de pensión con cinco habitaciones y comedor integrado en el salón de estar-recepción, sólo que revestido por un interiorismo contemporáneo y uncido por una atención privilegiada a cargo de la misma propietaria. Es un minihotel de lujo más cercano a los viajeros nómadas que los denominados hoteles boutique, pero a un precio abordable que se justifica por el sacrificio inteligente de buena parte de los servicios acostumbrados en el turismo urbano.

El inmediato Passeig de Gràcia constituye la columna vertebral de la guía urbana que la dueña escenifica ante sus clientes cuando necesitan un sitio que ver o una sugerencia para cenar. Claro que siempre habrá posibilidad de quedarse "en casita" y dar cuenta de un bocadillo, pero no más. Aunque, junto a la mesa donde se sirve el desayuno -nada del otro mundo y algo caro por lo que se ofrece-, existe un autoservicio gratuito de refrescos, cafés, tés y tentempiés al son de Gotan Project.

Al más puro estilo neoyorquino, dos de las habitaciones dan a un patio de luces y las otras tres tocan los demás costados del edificio. En su decoración se ha pretendido cierto sabor vintage: butacas art déco entremezcladas con sillones Luis XV; armarios desenfadados sin portillones con mobiliario retro de los años cincuenta; paredes de ladrillo visto o encaladas; suelos escaqueados, medio alfombrados o de madera listada... Especialmente luminosa y casera, la 4 destila un blanco inmaculado en toda su envoltura, sin alharacas ornamentales, salvo las alfombrillas y la cortina del armario, que son de un fucsia rabioso. Si acaso, el cuarto de baño demanda algo más de espacio para desenvolverse y unos mejores adminículos para el aseo, así como un albornoz ad hoc con la casa.

En un futuro inminente, Delgado prevé habilitar dos apartamentos más con acceso libre a Internet, camas bajas con edredones y cuadros de artistas contemporáneos susceptibles de ser adquiridos por los huéspedes.