Génova desembarca en Cataluña

La dirección nacional del PP no puede permitirse un sobresalto hoy por la noche cuando los 1.090 compromisarios voten al nuevo líder de la formación en Cataluña, el noveno desde 1981 y el noveno impuesto desde Madrid. En este congreso, el 12º, el paracaidista -como se conoce en la jerga política a los candidatos designados a dedo que apadrina Génova, sede madrileña del PP- es la senadora Alicia Sánchez-Camacho.

Y es la que debe resultar elegida, sea como sea, cueste lo que cueste. Para ello la maquinaria del partido lleva dos días a pleno rendimiento para conseguir los suficientes avales que garanticen su elección.

Ayer la propia Sánchez-Camacho anunció que había conseguido 300 firmas en un solo día, lejos de las 900 que apoyaban a Alberto Fernández Díaz y a Daniel Sirera, los dos candidatos que la dirección obligó a retirarse para facilitar el paso a la senadora. Hoy podría presentarse con cerca de 800. Una cifra inferior resultaría un fiasco.

La otra aspirante a la presidencia, Montserrat Nebrera, que se ha resistido frontalmente a un pacto, dice disponer de 250 avales. Hoy la mesa del congreso -copada por el sector oficialista- deberá verificar la validez de estos apoyos. Nadie descarta que el aparato acabe por vetar a Nebrera utilizando cualquier resquicio legal para apartarla así de la pugna e impedir que pueda dirigirse desde el atril a los compromisarios. El verbo afiliado, tenaz y convincente de Nebrera superaría sin duda al de una Sánchez-Camacho que buscó rehacer su carrera política fuera de Cataluña.

Si Génova ha dictaminado que Alicia Sánchez-Camacho sea la presidenta, así será. La dirección no ahorrará costes y hoy desembarcará en masa en el hotel donde los populares catalanes celebran su cónclave. Nada menos que la secretaria general, María Dolores de Cospedal; la vicesecretaria de organización, Ana Mato, y el vicesecretario territorial, Javier Arenas, hablarán en la sesión matutina. Cospedal y Sánchez-Camacho compartieron destino en la Embajada de Washington, adonde las envió Arenas cuando era ministro de Trabajo. Y Mato es la artífice de la abdicación forzada de Daniel Sirera, que ahora los populares insisten en llamar pacto voluntario. Ya estaba prevista la intervención de Mariano Rajoy en la clausura del congreso, el domingo a mediodía, que le servirá de plataforma para responder el discurso de José Luís Rodríguez Zapatero en el congreso federal del PSOE.

La principal incógnita de este congreso radica en el voto de castigo que pueda recibir Sánchez-Camacho, tanto en forma de apoyos a Nebrera como en voto en blanco. El descontento de la militancia también podrá medirse en el número final de compromisarios que viajen a Barcelona. Y el absentismo se prevé abultado.