"En la Fura ya no hay poética, sólo espectáculo"
Los vínculos familiares hacen que el artista Marcel.lí Antúnez se deje caer de vez en cuando por Euskadi. "Me gusta el sentido de clan que tienen los vascos. Tiene su gracia", explicaba el pasado martes, antes de dar una conferencia en el Guggenheim sobre Arte y Robótica, en el marco de los cursos de verano Bilbao Arte y Cultura 2008 de la UPV. También encuentra tiempo para hablar de su vieja etapa en la Fura dels Baus.
Pregunta. ¿Cómo se fragua la vocación de artista en un hijo de ganadero?
Respuesta. Mi hijo tiene la desgracia de tener un padre artista; yo tuve la desgracia de tener uno ganadero y carnicero. Somos seis hermanos y cada uno ha elegido una profesión diferente, y al ser el quinto [de la familia] recibí las cosas como una esponja, porque las experiencias de los hermanos y sus inquietudes forman parte de la de uno. Lo interesante de mi pasado es todo el karma chungo que rodea al mundo del ganado y la carnicería. Lo de matar animales es un mal rollo. Toda esa realidad forjó algo en mi percepción distinta. Siempre digo que los de pueblo tenemos una percepción más rural, más real.
"Vivimos en la cultura del copiar y pegar, reproducimos sin pensar"
P. De que la vida es brutal...
R. Sí, las jerarquías en la vida son brutales. Es evidente cuando ves como un animal cazar a otro. Y nuestra sociedad tiende a ocultar todo esto. En el mundo rural también tienes más presente lo mucho que cuestan las cosas. Si se te cuelga el coche, tienes que empujar, mientras que en la ciudad llamas a la grúa.
P. ¿Cree usted que la intuición artística nace de la misma manera que la científica?
R. El punto de partida es el mismo para todos, sea cual sea la disciplina. Una persona que tenga esa curiosidad, esa capacidad para intuir, vislumbrar y tener ese flas, pues tendrá intuiciones, independientemente del ámbito en el que se desarrollen después. De todos modos, lo que me interesa es la cuestión del contacto entre disciplinas. Ahora me fascina la biología, por ejemplo. Es interesante establecer diálogos, aunque sean de sordos, y con ello construir un cosmos artístico. Al final, el artista y el científico intentan hacer lo mismo, representar.
P. ¿De dónde viene esa fascinación suya por la robótica?
R. Lo importante es que estamos frente a un nuevo paradigma. La informática, la computación y las máquinas son nuevas herramientas que nos permiten gestionar la complejidad como nunca se había hecho antes y que afectan a muchos ámbitos de la existencia. Yo lo traslado a la idea de arte total en el teatro, en la escena, donde las dimensiones de las cosas emula a la realidad. De todos modos, lo que distingue mi trabajo del de otros artistas es más bien que se formula con lo más emotivo y próximo, con lo que se come, con lo que se toca, con lo que se huele.
P. ¿Qué llevó a su ruptura con la Fura dels Baus?
R. El grupo ha ido tomando una dirección distinta, sobre todo a partir de los juegos olímpicos de Barcelona en 1992 [crearon el espectáculo inaugural]. Vaciaron lo que hacíamos de su poética y de sus contenidos para llevarlo al mundo del espectáculo. Estéticamente sigue funcionando, pero sólo hacen eventos promocionales y ópera, ya no son autores. En los 80 sí que lo eramos, hablábamos de lo que queríamos hablar y no de lo que decía el señor Puccini o quien sea. Además, la ópera lo más burgués que hay, lo contrario a lo que nos planteábamos en ese momento. Hay una Fura con Marcel.lí y una sin Marcel.lí.
P. Habla a menudo de usted mismo en tercera persona.
R. Cuando tienes una vida pública, te conviertes en una marca. Hay algunos artistas que ya se ponen marca a propósito. No es que crees un personaje, tienes que aceptar ser así. Y encima estamos en la cultura del copiar/pegar que lo reproduce todo sin pensar. Mira lo que le pasó a [el escultor] Juan Muñoz: lo de sus muñequitos funcionó y estuvo toda la puta vida haciendo muñequitos. O como esto de la robótica en mi caso, que me sigue interesando pero la veo con distancia. Vivimos en un mundo de categorías, y a uno lo quieren meter en una. Por todo eso hablo de mí en tercera persona.
Marcel.lí Antúnez
Marcel.lí Antúnez (Moià, Barcelona, 1959) es un creador inquieto y que huye de las categorías. Mientras cursaba estudios de Bellas Artes en la Universidad de Barcelona, fue miembro fundador de La Fura dels Baus en 1979. Terminó distanciándose del grupo por divergencias artísticas.
Su obra combina elementos escénicos, robóticos y electrónicos aplicados a todo tipo de disciplinas (teatro, vídeo, performance, música, cine, etc.).
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