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Desde el Pacífico
Columna
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El futuro de las redes sociales y la movilidad

"LOS CIRCUITOS DE NUESTROS CEREBROS no están conectados para entender esto...", afirmó Kevin Werbach al lanzar su conferencia Supernova 2008, celebrada en San Francisco. Las redes sociales están de moda, pero "la dinámica de las redes no es obvia", nos cuesta entenderla y esto "afecta a los modelos de negocios y a las expectativas sociales". La complicación viene en buena medida del hecho de que la ciencia de las redes tiene poco más de 10 años. Necesita progresar mucho todavía como lo mostraron varias intervenciones dedicadas a poner de manifiesto los retos con los cuales se topa.

Con humor y sin tapujos, Eric Bonabeau, presidente-fundador de Icosystem y especialista en sistemas complejos, atacó la moda del social graph, la gráfica social, diciendo que mucho de lo que se dice al respecto "es basura". Lo compara con una "vaca esférica" en el sentido en que cuando un matemático quiere estudiar la producción de leche de una vaca suele empezar por decir "asumamos que la vaca es esférica". Permite modelizar, pero dista bastante de la realidad. A juicio de Bonabeau, "las redes son construcciones mentales, son metáforas. Permite a los científicos crear modelos, pero no por bella una imagen resulta útil".

La Red permite reunir grandes cantidades de gente dispersa, pero ¿cómo lograr lo que antes era dado por circunstancias sociales y geográficas?
En 10 años, un teléfono móvil podrá tener hasta 10 sensores, lo cual supone 60.000 millones de sensores tomando en tiempo real los múltiples pulsos del planeta

De hecho, el mayor problema es que la joven ciencia de las redes se ha dedicado sobre todo a su topología, que, en última instancia, no dice mucho. Hay que distinguir entre "estructura y función", dijo Bonabeau. "No basta con tener la topología de una red", dice. Hace falta entender para qué sirve.

Investigadora de la Universidad de California en Davis, Raissa D'Souza precisó: "Si la estructura es la topología, la función es la actividad. Muchas redes tienen topologías comparables, pero sus actividades difieren mucho". Y agregó un elemento importante de complejidad cuando afirmó que los nodos, partícula elemental de las redes, dependen del contexto. Así, mucha conectividad puede ser buena en una red social y ser un problema en el caso de una epidemia en la medida quel facilita la transmisión de la enfermedad.

Autor del libro de reciente publicación Here comes everybody, Clay Shirky se pregunta ahora cómo favorecer la acción colectiva en nuestra sociedad en red. Los estudios muestran, estima, que para darse dicha acción colectiva, debe haber "densidad y continuidad" de relaciones, lo que se daba en aldeas y pueblos pequeños. Ahora la Red permite reunir grandes cantidades de gente dispersas, pero "si continuidad y densidad son necesarias, ¿cómo conseguir intencionalmente lo que antes era dado por las circunstancias sociales y geográficas?".

Además de las redes, muchas discusiones giraron alrededor de la creciente movilidad.

"Otra revolución más está todavía por llegar", sentenció Bob Ianucci, responsable de tecnología para Nokia, empresa de la que Werbach recordó que vende más teléfonos en una semana que Apple en un año. Y esa revolución podría venir, según Ianucci, de las redes de teléfonos móviles equipados de sensores.

El número de teléfonos celulares ya rebasó los 3.300 millones, según una cifra recién publicada por la Unión Internacional de las Telecomunicaciones.

Cuando habla de sensores, Ianucci se refiere a una gama muy amplia de tecnologías que incluyen cámaras, acelerómetros, Bluetooth, sensores para la luz, GPS y otras (por llegar) que permitirán la captación de datos sobre el tráfico y el medio ambiente. Calcula que en un futuro que no debería pasar de los 10 años, un teléfono móvil podrá tener hasta 10 sensores, lo cual podría llevar a la cifra espeluznante de "60.000 millones de sensores" tomando en tiempo real los múltiples pulsos del planeta.

Ya están realizando experimentos y estudios sobre la medición del tráfico y de la contaminación mediante redes de sensores, algunos en teléfonos móviles con la Universidad de California en Berkeley. Podría tener un impacto serio sobre una mejor comprensión de los cambios climáticos. "Como podemos conectar en red cientos de millones de usuarios?", se preguntó Ianucci a modo de conclusión. "¿Cómo podemos hacer que tal espacio sea seguro? ¿Qué debemos hacer para incorporar al próximo millar de millones de personas, crear negocios y contribuir al bien social?".

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