Videojuegos a tres bandas

Un jugador desde un ordenador, otro desde un móvil y un tercero ante su tele. Todos comparten la misma partida. Entorno a una pantalla de plasma, Raúl Otaolea y Fernando Bermejo, respectivamente directores técnico y general de Novoplay, la empresa que han fundado -junto con el ausente Ibón Tolosana-, dan los últimos retoques al producto al que han dedicado los tres últimos años de sus vidas y de sus sueños: un juego que permita interconectar a los contrincantes desde distintos soportes (teléfono móvil, PC, PDA, TV digital...). Toda una novedad mundial.

Reunidos por el aula de la Universidad de Deusto -"Fernando y yo nos conocimos estudiando Ingeniería Informática", dice Raúl- e identificados sus espíritus emprendedores en un pasado laboral marcado por la burocracia y la falta de estímulos y retos, un día Raúl recibió una llamada de Ibón: "Me invitó a sumarme a un proyecto empresarial para desarrollar una comunidad de juegos. Aquello era algo que ya llevaba un tiempo en Estados Unidos, pero de lo que nada se sabía en Europa". La idea era clara: ofrecer a los jugadores la posibilidad de competir contra personas de carne y hueso, no contra una máquina. Y así "conseguimos crear un nicho de mercado basado en un modelo de negocio que ahora funciona muy bien. Y es que la introducción de nuevas consolas, tipo wi-fi, están haciendo que nuestro modelo crezca mucho más que cualquier otra modalidad de juego".

El propósito de la compañía es que se convierta en una red social

Los dos compañeros de trabajo llegaron a la misma conclusión: ¿si aquello había funcionado trabajando para un tercero, por qué no hacerlo para ellos mismos? Dicho y hecho. Raúl e Ibón capitalizaron el dinero del paro y tentaron a Fernando para que se uniera: "Yo hacía desarrollos informáticos. Aprendía mucho, pero me sentía limitado", asegura. De este cruce de caminos surgió Novoplay, con un gen básico: era innovador -"es lo que nos permitió acceder a las subvenciones que existen en el País Vasco para empresas como la nuestra. Sin esas ayudas, probablemente no hubiéramos conseguido nada", dicen los socios.

Recursos propios y públicos sirvieron para desarrollar esta empresa que requería más y más fondos. Había que buscar dinero donde fuera. "Nos vino muy bien el Premio Innovatia que nos dio la escuela de Negocios IDE-CESEM de Madrid. La recompensa fueron 3.500 euros, un máster presencial y dos ordenadores portátiles. Financiación, material de trabajo y formación. Justo lo que necesitábamos". Con dinero para invertir, ahora los socios podían ocuparse del diseño del software necesario.

Raúl, Fernando e Ibón "quieren que Novoplay se convierta en una red social, un lugar donde prime el estar conectado con mucha gente a la vez. Nuestra idea es que el usuario esté siempre localizable y accesible para su grupo de contactos, que se relacione con ellos mediante las herramientas de comunidad online y ofline que se le ofrecen como el Instant Messaging o los juegos".

Y es así porque un 85% de los españoles tiene, al menos, un móvil; porque la consolidación de la televisión alcanzará al 100% de la población, y porque hace un año había dos millones de personas que pagaban cinco euros al mes por bajarse un juego al móvil en España. De ahí que no sea descabellado que muchos de ellos quieran pagar tres euros por entrar en la comunidad Novoplay. Con argumentos, una cosa parece clara: jugar ya no es sólo cosa de niños. -