Juegan mal, pero son alemanes
No es por tener pasaporte holandés y español, sencillamente es que no me gusta nada cómo han jugado. No piensen mal; si les digo que me parece totalmente injusto que Alemania haya llegado a la final de esta Eurocopa es sencillamente porque han jugado mal. Pero debo reconocerlo: empiezo a sospechar que tienen un don, así que por mucho que su fútbol sea mediocre, aquí están otra vez. Ya dijo Gary Lineker aquello de que a fútbol juegan once contra once y al final ganan siempre los alemanes. Espero que esta vez se imponga el buen fútbol y gane España.
Los alemanes son unos pesados. Les da igual encajar un gol, que les remonten... ellos van, van y van, y al final agotan al rival y ganan casi por cabezotas. No le he visto hacer un buen partido a Alemania durante este torneo -tal vez el que le ganaron a Portugal en cuartos de final, pero tampoco fue para echar cohetes-. El problema es que a balón parado hacen mucho daño. Si finalmente no puede jugar Ballack, mejor para España, porque él, Klose, Schweinsteiger y los dos centrales, Metzelder y Mertesacker, convierten cada saque de esquina, cada falta lateral, en una ocasión de gol. Es el gran peligro de un equipo que marca y recibe muchos goles, y donde recordar a cinco jugadores es complicado. Me pasa como con la selección de Alemania que ganó la Eurocopa de 1996, en Inglaterra: ¿Alguien recuerda a cinco alemanes de aquella final? Yo no, y me temo que el fútbol, tampoco.
Alemania no tiene nada más que ese gen que les convierte en ganadores. Son unos pesados
Puestos a ser generoso, hablemos de Podolski. Sus centros han sido lo mejor que ha hecho Alemania en el Europeo. Cada vez que cogía la pelota, se acercaban al área: genera tanta fe que siempre van tres jugadores buscando el remate. Su altura es su mayor peligro. Pero, sinceramente, lo que más miedo me da es que la euforia mate el sueño español.
Alemania no tiene nada más que ese gen que les convierte en ganadores. Juega mal, pero gana. España ha jugado muy bien y ha goleado. Tal vez hubiera sido mejor que en la semifinal contra Rusia ganara por 1-0, porque me preocupa la euforia que pueda generarse alrededor del equipo. Espero que no llegue a Viena ese subidón que se vive entre los aficionados, que el equipo se aísle de algunos comentarios que escucho por la radio y la televisión y que juegue con la concentración y la inteligencia que ha venido haciéndolo durante toda la competición. España no debería perder, pero muchas veces el fútbol es muy injusto. Se trata de hacer lo que saben: jugar con inteligencia, cuidando la pelota y dominando los tiempos del partido. Entonces, tal vez, Alemania juegue tan mal como lo ha venido haciendo y pierda.
Claro que nunca se sabe. No sé si se lo he dicho, pero son alemanes.
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