"Nunca he sido de atracón final"

Entre risas David Morales Molinero, granadino de 17 años, confiesa que no va a reclamar el nueve que ha obtenido en Lengua en Selectividad. En las demás asignaturas, y en todas las del Bachillerato, tiene diez. Ese punto le ha hecho bajar un poco la media (9,94), pero está contento. Y no es para menos. Es el estudiante con la nota más alta de Andalucía.

A su rostro se asoma una sonrisa tímida. En los exámenes no se pone nervioso, asegura, tampoco en Selectividad. Sin embargo, atender a la prensa le cuesta un poco más. "Preferiría que no se supiera nada de mí", dice resignado porque sabe que todo pasará.

No le ha pillado por sorpresa el resultado de su esfuerzo. Esperaba buena nota, él y su entorno, aunque quizá tampoco pensaba que sería tan alta, está empatado con una chica de Madrid que aspira a ser investigadora.

"La prueba de Lengua es más subjetiva y no depende sólo de ti"

David tiene pensado estudiar Ingeniería Aeronáutica en Sevilla. Problema para acceder desde luego no va a tener, pero la decisión sobre su futuro no la tenía muy clara hace algo más de un mes. Le gustan las Matemáticas, la Física y el Dibujo Técnico, así que tienen que estar en la carrera elegida. De haberse decantado por las letras, su opción habría sido Historia.

Lo suyo es la constancia porque a diario dedicaba unas tres horas a estudiar. Eso sí, después de descansar un rato tras la comida, ir a correr unos 20 kilómetros al día, volver a casa y cenar. A partir de ahí comienza su jornada de estudio. Hacer deporte le permite concentrarse mejor.

No es muy amante de salir de fiesta, pero goza de su tiempo libre con los amigos, leyendo, escuchando música y practicando deporte. "Nunca he sido de atracón final". Así que hay tiempo para todo. Ahora está feliz y quiere descansar este verano. Lo que tenga que ser, será. De momento sólo piensa en disfrutar de un merecido descanso.

Conoció su calificación por Internet. Estaba en casa junto a sus padres y a su hermano, también buen estudiante. Se levantó del sofá y comprobó la nota en el ordenador. Él no sabía entonces que era la mejor de Granada, tampoco la de Andalucía.

Al día siguiente le llamaron del instituto. "Me han felicitado los profesores", comenta, incluida la de Lengua, doña Adela, que "me ha preguntado si voy a reclamar", dice sonriendo.

No lo va a hacer porque está satisfecho y no cree haber dejado al instituto Mariana Pineda de la capital en "mal lugar". Contaba con la posibilidad de sacar menos nota en esta asignatura, "es una prueba más subjetiva y no depende sólo de ti", argumenta.

Aunque lo consideran el empollón de la clase, él lo lleva bien. No comulga con ese tópico al que apenas le da importancia. Le gusta ayudar y por eso sus apuntes circulaban por el aula durante el curso. No ha dudado en atender las consultas que sus compañeros le hacían.