"El Papa no viste de Prada, viste de Cristo"

En la primera audiencia general vaticana, el pasado miércoles, el papa Benedicto XVI lució un sombrero rojo con bordados en oro. Se trata del modelo Saturno, por su parecido con el planeta, que llamó la atención de las webs que buscan tendencias veraniegas. Otra vez se volvió a hablar del estilo del Papa, siempre atento a los detalles y considerado por algún iluminado "el hombre más elegante de la Tierra". Hasta el órgano de prensa de la Santa Sede, el Osservatore Romano, intervino en el debate: "El Papa no viste Prada, viste Cristo", escribió.

Si Ratzinger todavía no ha alcanzado la popularidad mediática de Wojtyla, sin duda lo ha superado por elegancia. Esquire lo incluyó entre los hombres con más estilo del planeta, y diseñadores como Gai Mattiolo han celebrado su imagen: "Es un símbolo, es el hombre más elegante de la Tierra, sólo le aconsejaría cortarse un poco el pelo".

Poco después de su elección se calzó unos zapatos modelo Prada color rojo, un detalle que fue reconocido por el diario católico británico Tablet. Tampoco es casualidad que Benedicto XVI haya cambiado el sastre papal a su llegada al Vaticano: el Papa es un hombre atento a los detalles de su indumentaria y en Italia, donde el estilo es otra religión, no pasan inadvertidas sus gafas grandes de lentes polarizadas marca Serengeti, o su gorro estilo béisbol de las ocasiones informales.

La importancia que se atribuye a los complementos de Ratzinger preocupa a la Santa Sede, que decidió intervenir ayer. "Es cierto", ha explicado un portavoz, "que el Papa tiene una preocupación profunda por su indumentaria, pero se trata de una preocupación no estética, sino litúrgica". Y es justamente con fines litúrgicos por los que se ha rediseñado el palio papal. A partir del domingo, Benedicto XVI irá cubierto por un modelo "de forma circular cerrada (...), pero se conservará el color rojo de las cruces decorativas". "Se trata de una vuelta a lo antiguo", explica Guido Marini, maestro de celebraciones litúrgicas pontificias. La moda, también la religiosa, siempre vuelve.