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El camión que embistió a un autobús superaba la velocidad legal

16 heridos al arrollar en Muxika un transporte al autocar, que cayó a la vía

"Ha sido un milagro que no haya muerto nadie". El responsable de enfermería de Emergencias de Osakidetza que acudió ayer a Muxika insistía en que hubo suerte. El choque entre un camión y una unidad de Bizkaibus en la BI-635, a dos kilómetros de Gernika, se saldó con 16 heridos -todos los viajeros del autobús-, de los que sólo dos permanecían a última hora de ayer en estado grave, aunque no se temía por su vida. J. L. D. I., vecino de Gernika de 60 años, perdió gran parte de uno de sus brazos en el accidente -estaba seccionado por encima del codo-, aunque los servicios de emergencia recuperaron el miembro en el lugar del siniestro y lo llevaron al hospital de Cruces por si podía ser reimplantado. J.L.D.I. fue trasladado a Cruces en un helicóptero de Osakidetza dada la gravedad de sus heridas. A última hora de la tarde, estaba siendo intervenido. El otro contusionado grave, un joven de raza negra, fue llevado inconsciente al hospital de Galdakao.

Emergencias: "Ha sido un milagro que no haya muerto nadie"
"He visto que el camión venía con la tijera, pero no he podido hacer nada"
Un vecino de Gernika de 60 años pierde parte del brazo en el choque

Otras nueve personas sufrieron heridas de carácter menos grave y cinco resultaron con contusiones leves y fueron trasladados a los hospitales de Cruces, Basurto, Galdakao y el centro de Salud de Gernika.

La responsabilidad del accidente parece clara. Un camión Scania, de la empresa N. Ramos de Palencia hizo la tijera en una curva -no muy complicada, ya que es bastante abierta- cuando circulaba desde Gernika hacia Amorebieta y, con la parte atrás del remolque, embistió al Bizkaibus, un Mercedes Benz que cubre diariamente la línea interurbana Bilbao-Amorebieta-Gernika. La frenada del camión, que invadía el carril por el que circulaba el autobús, era perfectamente visible horas después del accidente.

La Ertzaintza calcula en sus primeras investigaciones sobre el siniestro que el camión podía circular a 80 kilómetros por hora en un tramo en el que la velocidad está limitada a 50. Por ello, la policía vasca solicitó la prueba de detección de drogas al camionero por si pudiera haber consumido sustancias estupefacientes. En la curva donde ocurrió el accidente, la mayoría de los vehículos no cumplen la limitación de 50, ya que anteriormente han pasado por una larga recta "en la que se aprieta el acelerador", según coinciden vecinos de la zona.

Tras el impacto, el autocar dio dos vueltas de campaña y cayó sobre la vía férrea de Euskotren (la línea Bilbao-Bermeo), que discurre paralela a la carretera y a apenas tres metros de distancia. Eran las 12.30.

"He visto que el camión venía con la tijera, pero no he podido hacer nada. Esa imagen no se me olvidara nunca", afirmaba el chófer del autobús una hora después, todavía visiblemente nervioso, caminando de una parte a otra del lugar del accidente. La carretera se hallaba seca y la curva no resulta especialmente virada. Pero el camión iba sin carga y, en esas circunstancias, si se frena más de lo debido, lo lógico es que el vehículo se cruce, según afirman camioneros experimentados.

"Me he intentado arrimar lo más posible, pero...", se lamentaba el conductor del Bizkaibus, que es vecino de Gernika y conoce perfectamente la zona. El problema es que justo al lado tenía las vías del ferrocarril y las opciones de esquivar el golpe resultaban mínimas, según coincidían los equipos de rescate que acudieron al lugar del accidente. Los dos conductores fueron los únicos que resultaron ilesos, aunque con algunos rasguños.

Urbano, vecino de Gernika y ex chófer de autobuses, era ayer uno de los pasajeros. Con la camisa rajada y el susto todavía en el cuerpo, decía que el camión "se ha venido encima". Iba en la parte trasera junto a su esposa, quien se quejaba de un fuerte golpe en la espalda. "Hemos dado dos vueltas y hemos acabado en la vía. He visto sangre por todos lados. Aunque yo me encontraba bien, sabíamos que había personas que estaban muy mal". Urbano relataba que lo peor llegó tras el golpe: "No podíamos salir y lo he pasado mal hasta que nos han sacado". Otro pasajero señaló que "podía haber sido mucho peor" si llega a circular el tren en ese momento.

Las asistencias tuvieron una tarea complicada en el rescate, especialmente con dos jóvenes de raza negra. "Uno de ellos tenía el tobillo machacado debajo del autobús. Los dos estaban aplastados el uno contra el otro. Podían haber muerto. Hubo que levantar el autobus para sacarles", precisó el responsable de emergencias.

Sin tren y grandes retenciones

- El espectacular accidente entre el camión y el autobús causó un gran caos en las comunicaciones viarias en la zona de Gernika. Las retenciones se sucedieron durante toda la tarde, pese a que la Ertzaintza desvió el tráfico por carreteras secundarias: los que venían de Amorebieta eran desviados a la carretera hacia Mungia y quienes procedían de la costa tenían que circular a través del municipio de Errigoiti, dando un gran rodeo. El autobús no pudo ser retirado de las vías del ferrocarril hasta pasadas las 15.30, cuando los técnicos de Euskotren comprobaron que no había daños significativos en las vías.

- El servicio ferroviario quedó paralizado en el tramo Muxika-Gernika hasta las 16.40, más de cuatro horas. El tráfico por la BI-635 también estuvo cortado totalmente hasta esa hora, cuando se abrió uno de los dos carriles, lo que alivió las colas de vehículos. La carretera se reabrió totalmente abierta sobre las 19.00, según precisó Interior.

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