El PP vasco ve reforzada su presencia en la nueva dirección nacional

El PP vasco ha salido muy reforzado del congreso nacional del partido, clausurado ayer en Valencia. Sentará en el Comité Ejecutivo de Génova a cuatro de sus dirigentes en representación de algo más de 5.000 militantes, una proporción bastante superior al resto de las organizaciones regionales del partido.

Hasta ahora, los populares del País Vasco sólo sentaban directamente en ese órgano a su presidenta, María San Gil. A partir del cónclave, Alfonso Alonso, Leopoldo Barreda y María del Mar Blanco acompañarán en la ejecutiva a Antonio Basagoiti, que se incorporará como miembro nato cuando sea elegido presidente del PP vasco en el congreso del mes próximo.

Rajoy afrimó que el referente del Partido popular es el PP vasco

La rápida resolución de la crisis originada por la inesperada dimisión de María San Gil y el apoyo casi general de la organización a Mariano Rajoy se ha visto generosamente recompensada. Este respaldo va a facilitar, según fuentes populares, el desarrollo del congreso regional, los días 11 y 12 de julio, donde se consumará la sucesión de María San Gil por Antonio Basagoiti, el candidato acordado consensuado por las tres ejecutivas provinciales.

El incremento de su presencia en el Comité Ejecutivo, significa también un reconocimiento explícito al peso moral que tienen los populares vascos por las dificultades en las que desarrollan su trabajo. Rajoy lo reconoció en el congreso al afirmar que "el referente del Partido Popular es el PP vasco", según reconocía ayer el portavoz parlamentario, Leopoldo Barreda, uno de los tres miembros de la ejecutiva.

Su presencia en la dirección del partido va a permitir una mayor fluidez en las relaciones entre la sede de Génova y el partido en Euskadi y un seguimiento más directo y afinado de la política vasca. Barreda considera que el incremento de representantes del País Vasco en el máximo órgano de decisión es una muestra de la "estima aprecio e implicación del partido a la hora de abordar los problemas de nuestra comunidad". Significa también que se valora la especial situación política y los "desafíos" que llegan a la política española desde el País Vasco.

Es la expresión, según Barreda, de "la voluntad del PP de hacer frente a los retos que prepara el nacionalismo con su pretensión independentista". Pero de "todos los nacionalismos", precisa. Esta voluntad también se expresa en la redacción final de la ponencia aprobada en el congreso, en la que se ha mantenido la crítica general a los partidos nacionalistas periféricos, y específicamente al vasco, pero quitando la referencia expresa al PNV. Se trata de reflejar, señala Barreda, que ese desafío, "la deriva política que es la consulta de Ibarretxe, se conjuga no sólo desde un partido concreto, sino desde todo un frente nacionalista".

El compromiso y la solidaridad del PP con las víctimas que han sufrido el terrorismo explicarían la presencia en la ejecutiva de Maria del Mar Blanco, la hermana de Miguel Ángel, el concejal de Ermua asesinado por ETA en 1997. La reivindicación de la "memoria, dignidad y justicia de las víctimas" es, según Barreda, una constante y un signo de identidad del PP, que ha querido dejar patente ese compromiso en los órganos de gobierno.

La presidenta guipuzcoana, Maria José Usandizaga, atribuía además este "premio" a la rapidez y la "sintonía" que mostraron las tres provincias a la hora de solventar la inesperada crisis en la que les sumió la dimisión de María San Gil. "Hemos demostrado ser un partido serio y fuerte, y al haber dado una salida así creo que hemos sorprendido", declaró ayer a la vuelta de Valencia.

La notoria ausencia de San Gil del cónclave valenciano fue lamentada por Usandizaga y sutilmente criticada por Barreda quien aseguró que su decisión de no acudir es "difícil de entender", porque era "compromisaria nata y tenía un papel que desarrollar en este congreso".