Au Port de la Lune
En la entrada me recibe Serge Gainsbourg y le felicito por su reciente 80º cumpleaños. Lleva tiempo enmarcado en la pared, en una posición ventajosa que le permite ver los a los clientes del bistrot Au Port de la Lune y colgarse con el aroma de los platos. Podría preguntarle a Guy Monrepos, el propietario del local, si canta canciones de Gainsbourg cuando está en la cocina, Mais qui sans amour éxiste?, Combien j'ai connu d'inconnues, Toutes de roses dévêtues, pero como no quiero incordiarle con banalidades, me siento obediente a la mesa dispuesto a dejarme llevar por sus propuestas.
Guy llegó a Barcelona hace 20 años procedente de Burdeos. Lo hizo por amor y en tren, como los viajeros sin ley, y con un billete abierto, por si un día decidía volver al país de su infancia, baúl de donde extrae las recetas culinarias que ocupan la carta de Au Port de la Lune, nombre poético muy acorde con el lugar impagable donde reside el bistrot. La ventana se nutre de los colores y el ajetreo del mercado de la plaza de Sant Galdric, pátina que armoniza con delicadeza con las pálidas ostras de Marennes d'Oléron o con el verde de la ensalada de Grattons de Lormant, dos perfectos entrantes para celebrar el fin de las lluvias. Dice Guy que es una obligación comer el plato estrella de la casa, babette à la chalote, en cristiano, carne de buey con escalonia. Imposición que le agradezco, y mucho más, con un Château Nénine serenándome la sed. La carne tiene raza, la escalonia la dulcifica y el puré de patata hace de envoltorio del caramelo. Si uno tiene que elegir un barco para llegar a un puerto lleno de quesos, esa babette à la chalote es el más adecuado.
Aunque sí tengo que decirle algo a Guy, al Guy de los Monrepos de toda la vida, es un ¡viva la madre que te parió! bien alto y claro. La Claufotis de temporada, tarta hecha al estilo de maman Monrepos, es una de las sensaciones gustativas del año fiscal. La fruta de la tarta tiene esa ligera acidez que la convierte en un vicio que sugiere de inmediato una copa de Armagnac. Leo en la pizarra de la pared una frase: cuanto más miro a los hombres, más me gustan las mujeres. El digestivo es magnífico, óptimo para olvidar mi condición de homo sapiens masculino.
- Lo más: Está prohibida la coca-cola. Eso sí son unos principios bien puestos.
- Lo menos: Que no abre los lunes, martes y jueves por la noche.
- Dirección: Plaza de Sant Galdric, 1. Tel. 93 270 38 19.
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