Entra en vigor la tregua en Gaza
Olmert: "Es la última oportunidad de Hamás para evitar una operación militar"
Hasta el último instante han seguido guerreando. Minutos antes de entrar en vigor el alto el fuego pactado entre Israel y Hamás, a las seis de la mañana de ayer (una hora menos en España), un miliciano de Hamás murió en un ataque aéreo y minutos después de esa hora las patrulleras israelíes lanzaban proyectiles que impactaron cientos de metros mar adentro en el litoral de Gaza. La víspera, milicianos islamistas dispararon una treintena de cohetes caseros contra las comunidades del sur del Negev. Pero al fin, tras meses de negociaciones, la tranquilidad se impuso.
A partir del domingo está previsto que las aduanas por las que Gaza importa y exporta sus productos comiencen a funcionar. Se ignora todavía en qué medida. Como también se desconoce cuándo se abrirá el cruce fronterizo de Rafah, utilizado por los palestinos para viajar desde la franja al extranjero hasta su cierre hace un año, cuando Hamás se alzó con el control total del territorio. Y, no menos importante, queda por resolver el escollo del canje de prisioneros palestinos condenados a décadas de prisión por el soldado judío Gilad Shalit.
La tregua era ansiada por el millón y medio de habitantes de la franja -asfixiados por un bloqueo económico de un año- y por los 250.000 israelíes que pueblan ciudades y pueblos lindantes con el territorio palestino. Pero la satisfacción de unos y otros se empañaba por la convicción de que el alto el fuego será pasajero. Así lo creen también los dirigentes de Hamás y los líderes israelíes. "Hemos llegado al final de nuestra tolerancia con el terror de Gaza", declaró el primer ministro, Ehud Olmert. "Es", añadió, "la última oportunidad de Hamás para evitar una operación militar israelí en Gaza".
Dure lo que dure, se augura una tregua tensa. Aunque Hamás se ha comprometido a no desplegar a sus uniformados en la frontera, ha advertido que responderá a cualquier provocación. Israel también avisa. "Nuestros ojos están abiertos, seguiremos de cerca lo que hacen desde el otro lado", apuntó Mark Regev, portavoz de Olmert.
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