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El fiscal tilda de "revelación divina" ligar el 11-M a ETA por el ácido bórico

La Audiencia de Madrid deja visto para sentencia el juicio contra cuatro policías

Sólo una "revelación divina" pudo inducir al perito policial Manuel Escribano a enlazar el 11-M con ETA en su informe sobre el caso ácido bórico. El fiscal empleó esta ironía para cuestionar el rigor científico del, según lo definió, "proyecto de informe" por el que ha acabado en el banquillo, por falsedad, la cúpula de la policía científica. El juicio quedó ayer visto para sentencia en Madrid.

Las acusaciones populares (la AVT, Asociación de Afectados del 11-M y el pseudosindicato Manos Limpias) piden para los mandos policiales penas de seis años de cárcel. Según estos colectivos -los mismos que ya intervinieron en el 11-M siguiendo las tesis conspirativas-, los policías falsearon el informe del ácido bórico. La génesis de este juicio es la siguiente: a Escribano le encargan sus jefes que analice un polvo blanco hallado en el suelo de la cocina de la casa de un islamista detenido en Canarias tras el atentado de los trenes. "Es medicina para las cucarachas...", refirió Hassan el Haski al ser preguntado por la policía.

Escribano analizó el polvo blanco y concluyó que era "ácido bórico". Pero, a la vez, tiró de un fichero personal y anotó en su informe que también fue hallado ácido bórico en un piso de ETA en Salamanca (en 2001) y en la casa de Madrid de un antisistema (en 1999). Y a renglón seguido sugirió que los autores podían ser los mismos: es decir, abrió la puerta a una conexión entre ETA y el 11-M. Pero el ácido bórico hallado en el cuarto de baño del piso de ETA estaba cuajado de pelos. Y luego se comprobó que fue utilizado como desinfectante por una etarra "que padecía vaginitis", explican fuentes jurídicas.

¿Realmente es científico dejar entrever en un informe oficial la mano de ETA en el 11-M sobre la base del hallazgo de una sustancia pesticida como el ácido bórico? ¿Comete falsedad un mando policial que elabora un informe propio al ver que su subordinado hace elucubraciones en el suyo y se niega a eliminarlas? Ambos informes concluían lo mismo (ácido bórico).

El fiscal, que pide la absolución de los policías, rechaza que haya falsedad. "No hay una alteración esencial del informe; contiene los datos que se pedían", explicó. Distinto habría sido, por ejemplo, que los jefes, para engañar al juez, hubieran concluido que el polvo blanco no era ácido bórico.

Otro eslabón de la tesis exculpatoria del fiscal es que el análisis del polvo blanco hallado en casa del islamista se pide, no a Escribano, sino a la Comisaría General de Policía Científica. Por tanto, sostiene el fiscal, la pericia oficial es la que remite la comisaría con el sello oficial.

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Nada tiene que ver este juicio con el del 11-M. Aun así, las acusaciones insistieron en buscar conexiones. De sus bocas volvieron a salir frases del tipo "queremos saber la verdad" y referencias a fallecidos en el 11-M. Implícitamente, reconocieron que han propiciado este juicio convencidos de que desde el Gobierno se ordenó a la cúpula policial "cercenar" todo aquello que oliera a ETA en los informes del 11-M. Y que los mandos policiales, al ver que Escribano hacía un informe en esa dirección, cometieron falsedad al suprimirlo y redactar otro que eliminaba las referencias a ETA.

A la postre, el informe de Escribano sirvió a los activistas de la teoría de la conspiración (el PP y medios afines) para airear un escándalo sólo aparente.

Sala de vistas de la Audiencia de Madrid en la que se celebra el juicio del ácido bórico.
Sala de vistas de la Audiencia de Madrid en la que se celebra el juicio del ácido bórico.ÁLVARO GARCÍA

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