Un museo científico teñido de azul
La Expo es un parque temático que recrea un mundo sostenible y ecológico
La Expo Zaragoza 2008 es un enorme museo científico para chicos y grandes. Atrás quedaron las descomunales exposiciones universales donde nadie podía cerrar la boca ante lo inesperado o lo novedoso. Ya todos los padres llevaron a los hijos a ver el hielo un día y Macondo para ellos no es más que un pueblo. Lo que le espera a los visitantes de la ciudad del agua es, sin embargo, una inolvidable lección de ciudadanía sostenible donde divertirse aprendiendo, tocando, mojándose, dando a los botones y persiguiendo realidades virtuales. Desde cualquier rincón del recinto de Ranillas salta un mensaje ecológico. Si uno toma un refresco pagará un euro más de la cuenta que puede recuperar en otro chiringuito entregando el vaso fluvi donde lo bebió. Pero si no quiere perder ese tiempo se quedará con un vaso de plástico azul transparente -todo es azul en esta expo- y se irá con la conciencia tranquila porque su euro irá para una ONG de desarrollo. Si entra en el pabellón de España, todo un ejemplo de arquitectura sostenible, aprenderá lo poco que el ser humano hace por conservar el planeta.
La exposición tiene la misión de enseñar lo que no hay que hacer para derrochar agua, lo que sufren los que no la tienen y lo mucho que se puede aprender y disfrutar de un medio ambiente donde el hombre no ha puesto sus manazas. Quizá por eso, la estrella del recinto, como sólo las largas colas hacen comprender, era ya desde ayer, primer día de apertura, el acuario de agua dulce que recrea el mundo que hay en el corazón de cinco ríos emblemáticos del planeta.
Otro de los pabellones más exitosos es el de Aguas Extremas, que promete al visitante sentir un huracán del Pacífico, una gota fría mediterránea y un tsumani devastador. Reparten chubasqueros todo a cien -azules, claro-.
La noche de la inauguración oficial, el viernes, estuvo Rajoy.
-¿Le ha gustado el espectáculo de pirotecnia y figuras acuáticas en el cielo?
-Mucho, ha sido muy bonito, muy bonito.
-Parecía que estuviéramos en el mar, ¿verdad?
-En el mar teníamos que estar todos.
-¿Eh?
-Pero ha sido muy bonito y creo que esto va a salir bien, desea el líder popular.
Cientos de teléfonos móviles guardarán ese recuerdo si así es.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.