El 'no' de Irlanda
Irlanda ha dicho que no a Europa. No me extraña, sinceramente. En la semana en la que la presunta Unión ha puesto las bases para acercar la calidad de vida europea a la de los países menos desarrollados o amantes de políticas ultraliberales. Curioso.
Genialidades como la ampliación a 25 de forma precipitada en un momento en el que la Europa de los Quince pasaba por sus peores momentos, fue una huida hacia adelante cuyos frutos estamos recogiendo ahora.
Un corralito de países que siempre ha dado la sensación más de Unión económica que de social, pone ahora en venta la calidad de vida de sus ciudadanos, la conciliación de la vida personal y laboral... y se lanza a un abismo en el que poder competir contra países cuya calidad de vida está a años luz de la nuestra.
No estoy seguro de si se pretende que compitamos con China en horarios y salarios o lo que se quiere es hacerlo con Estados Unidos; donde tener un trabajo no significa poder desarrollar un proyecto de vida, porque la precariedad y la flexibilidad laboral están al servicio de un sistema amorfamente competitivo. ¿Llegaremos a ser indigentes con trabajo?
Sea como fuere, me felicito por el no irlandés y ojalá sea el preámbulo de un golpe encima de la mesa de unos ciudadanos que están viendo desmantelada poco a poco su calidad de vida... al tiempo que la llenan de peajes, tasas y cuotas.
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