¿Igualdad o propaganda?
Por fin se ha puesto en marcha el nuevo Ministerio de Igualdad. No dudo de que sus intenciones sean buenas. Sin embargo, el ciudadano de a pie no entiende de intenciones, sino de hechos.
Como ha dicho una conocida ministra, "las leyes están para cumplirlas" y estoy seguro de que con una dotación económica similar a la recibida por el nuevo ministerio, el de Justicia podría emplearse más a fondo.
El ciudadano de a pie no entiende de intenciones de igualdad, sino de hechos de discriminación, de desigualdades sociales. Si éstas no son las atribuciones del nuevo ministerio, para el común de los mortales no pasará de ser el Ministerio de Igual Da (que me da lo mismo).
Desgraciadamente, mientras cerca de diez millones de ciudadanos y otros tantos más nos dediquemos a estar sentados delante del televisor viendo Bea la Fea o el partido de fútbol de turno, nada cambiará.
Es triste decirlo, pero seguimos siendo ciudadanos de pan y circo. Ojalá algún día despertemos del letargo que nos imponen.
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