Las interferencias suman

Gozó de su momento de mayor popularidad cuando interpretaba a aquel chusco personaje de verbena patronal llamado El Chaval de la Peca, con el que reventó listas de ventas, arrasó en las giras de verano y selló su propia tumba poco después de salir casi apedreado del escenario del Viña Rock de 1999. Pero Marc Parrot llevaba desde 1990 despachando discos a su nombre, en los que destilaba una cosmovisión plena de referencias al mundo de la locura y de regresiones al universo infantil, trabajos interesantes aunque algo desiguales, pero siempre alentados por ir un paso más allá en cada uno de ellos, especialmente en las texturas sonoras. Tras aquel paréntesis de efímera gloria mediática interpretando material ajeno, recuperó el pulso de su carrera solista a principios de esta década, y hace solo tres años (con el álbum Mentider) cambió de registro idiomático, del castellano al catalán. Por esa misma senda siguió con Interferència, un notable trabajo editado a finales del pasado año, que presenta hoy en Valencia. La peculiaridad de su concierto estriba en que comparecerá junto a un grupo de jóvenes músicos del Liverpool Institute for Performing Arts, la escuela de música fundada hace más de una década por Paul McCartney, con quienes interpretará sus nuevos temas.