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Reportaje:

Seis horas a la deriva

Rescate en alta mar de seis náufragos del pesquero 'Tuly'

"Hasta que no hable con él no se me van a pasar los nervios". A media tarde de ayer, Loli Moreno, la mujer del marinero Miguel González (de 42 años), esperaba en A Guarda (Pontevedra) a que su marido tocase tierra en Canarias para contactar con él después de que el palangrero en el que estaba embarcado, el Tuly, naufragase y se hundiese a causa de una vía de agua, a 450 kilómetros al suroeste de la isla de El Hierro. Un helicóptero del Servicio Aéreo de Rescate (SAR) izó a las 15.07 de ayer a los seis marineros del Tuly, justo seis horas después de que lanzaran su desesperado aviso de emergencia.

El Tuly salió de puerto "hace una semana", dice Loli Moreno, y tenía previsto llevar a cabo una campaña de capturas "durante los próximos 20 días", antes de volver a puerto a descargar. Aunque "algún susto ya se habían llevado por una vía de agua, nunca había sido algo como esto", explica la mujer del marinero.

El palangrero, de 22 metros de eslora y con base en el puerto de A Guarda, sufrió la vía de agua cuando navegaba hacia Cabo Verde. El Tuly se hundió en 45 minutos. Los marinos tuvieron tiempo de botar dos balsas salvavidas y de llevar con ellos una radiobaliza y una emisora de WHF, lo que les permitía mantenerse en contacto con los buques o aviones que transitasen por la zona. Los seis tripulantes se dividieron en dos grupos de tres. Los rescatadores subrayaron que los marineros actuaron "como auténticos lobos de mar".

Los botes salvavidas ya habían sido localizados al mediodía por un avión del SAR, que sobrevoló la zona donde se encontraban durante más de una hora, "sobre todo para que se sintieran acompañados y tranquilos", relató en mitad de la operación María Dolores Septien, de Salvamento Marítimo. "Este primer vuelo es esencial, porque hace como si fuera nuestros ojos y nos advierte del estado de los marineros", añadió la delegada del Gobierno en Canarias, Carolina Darias. Dos buques mercantes escucharon la voz de alarma y desviaron su ruta atlántica para acudir en busca de los marineros españoles, aunque su participación no fue necesaria, puesto que el helicóptero llegó antes al punto de rescate.

La armadora, fundada en 1975, está especializada en la pesca de marrajo, espada y tiburón en todos los mares del planeta. El Tuly entró en servicio en 1998. Sus seis tripulantes, mojados y descalzos, aterrizaron a las 18.00 de ayer en la base aérea militar de Gando (Gran Canaria), a bordo de un helicóptero del SAR, del que bajaron por su propio pie. Lo primero que pidieron fue un cigarrillo.

Los marineros del <i>Tuly,</i> tras bajar del helicóptero de rescate en Gando.
Los marineros del Tuly, tras bajar del helicóptero de rescate en Gando.EFE
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