Alberto Lorca, coreógrafo fundador del Ballet Nacional
Creó bailes para películas de Rocío Dúrcal o Sara Montiel
Anteayer fallecía en Madrid, tras batallar contra el cáncer, el coreógrafo Alberto Lorca (su nombre verdadero era Albretch Nicols van Aerssen), que había nacido en Holanda hace 91 años en el seno de una antigua familia de la aristocracia flamenca.
De niño se trasladó a Sevilla y luego a Madrid, donde comenzó sus estudios de baile con Luisa Pericet, El Estampío y la danesa Karen Taft. Empezó su carrera profesional en el Teatro Español en 1945 y llegó al puesto de bailarín principal en la revista Escala de Berlín.
En 1947 ingresó en la compañía de Pilar López, donde hizo lucir su planta y gallardía, su porte. Se mantuvo en activo sobre las tablas hasta 1954, en que dejó de bailar pero siguió en la agrupación de Pilar López como maestro de baile. En 1956 fue nombrado coreógrafo del teatro de la Zarzuela de Madrid, donde por varios años realizó las coreografías de óperas y zarzuelas. Participó en grandes producciones veraniegas como La destrucción de Sagunto; Julio César, de William Shakespeare; Fuenteovejuna, de Lope de Vega y Tiestes, de José María Pemán.
Paralelamente se ocupó de espectáculos folclóricos y de copla ideados para Concha Piquer y Paquita Rico, entre otras. También dirigió la parte coreográfica de los programas de TVE; la fórmula de éxito llamada Antología de la zarzuela le debe mucho. Y coreografió para películas de Sara Montiel, Raphael, Rocío Dúrcal y Ava Gardner.
En 1960, creó su primera compañía, Lorquiana, con la idea de ir a la Feria Mundial de Nueva York, donde triunfaron y estuvieron de gira hasta 1964. Fue en 1973 cuando creó junto a María del Sol y Mario de la Vega el Ballet Español Antología (donde llevaron en repertorio versiones de La vida breve, Las bodas de Luis Alonso y El barberillo de Lavapiés). Tras obtener en 1974 el Premio Vicente Escudero, en 1975 fundó el Ballet Nacional Festivales de España, que sería la génesis y base del actual Ballet Nacional de España.
Aunque hizo muchas coreografías, en las que siempre imperó su refinamiento y buen gusto, fue con Ritmos -en 1984, con música de José Nieto y diseños de Pin Morales y Román Arango-, un encargo de María de Ávila, entonces directora del Ballet Nacional de España, con la que se situó en la categoría de verdadero "clásico".
Ritmos, valorado como Las sílfides del ballet español, es una obra maestra en toda regla que resume su magisterio y su estética, su dominio en el manejo de los movimientos grupales y su sentido de la planimetría coréutica. Un año después, en 1985, hace, siempre con el BNE, Doña Francisquita, basada en la zarzuela homónima de Amadeo Vives, con música adicional de Antón García Abril.
Entre otros materiales filmados de interés están Los panaderos, que Alberto Lorca baila en la histórica película Duende y misterio del flamenco, de Edgar Neville.
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