Las bicis tomaron la calle
La Fiesta de la Bici y los Patines culmina con una celebración en Montjuïc
Música pegadiza, sol radiante y 11,5 kilómetros libres de tráfico acompañaron a la Fiesta de la Bici y los Patines, organizada por el Ayuntamiento de Barcelona con fines no competitivos, que se celebró ayer por la mañana en la capital y terminó con una multitudinaria celebración popular a los pies de la montaña de Montjuïc.
El recorrido de los 15.000 ciclistas y patinadores empezó a golpe de samba brasileña y de rumba catalana en el paseo de Gràcia y llegó a su término en la Font Màgica de Montjuïc, que funcionaba a pleno rendimiento rodeada de racimos de globos multicolores. En una celebración popular con actuaciones de circo, talleres de manualidades y camas elásticas, los padres utilizaron todas las fórmulas imaginables para transportar a sus hijos: bicicletas acopladas a carritos, sillas adaptadas e incluso alguna que otra con motor. "Es una forma diferente de pasar un domingo en familia", comentaba Marc Vilà, maestro de 42 años, que acudió con su hija y el perro. Como Marc, muchos optaron por dejar las bicicletas en el aparcamiento gratuito.
Los mayores también disfrutaron como niños con exhibiciones que demostraron que los deportes sobre ruedas se han adaptado con maestría a la jungla urbana. Las exhibiciones de bicis BMX en rampas y suelo mostraron que el estilo libre es a la bicicleta lo que el breakdance es al baile: un repertorio de acrobacias y equilibrios que convierten el cemento en el mejor aliado de la creatividad. "¿Todo esto se puede hacer con una bici?", se maravillaba Javier Jou, un estudiante de 22 años parapetado a pie de pista.
El 11 veces campeón del mundo de bici trial, César Cañas, también utilizó las dos ruedas para realizar todo tipo de piruetas entre los cuerpos de dos aguerridos voluntarios.
Los vítores continuaron con la demostración de estilo libre del otro campeón del mundo, en este caso de patines en línea. Vincent Bouvanca dio una lección de precisión y estilo al contorsionar sus piernas entre hileras de pequeños conos y decenas de patinadores se apuntaron a la clase magistral que impartió a continuación.
Sin embargo, la lección que suscitó caos y risas incontenidas fue la de baile sobre patines. "Hemos probado el twist, el rock e incluso el tango. ¡ Ha sido divertidísimo!", exclamaba Cintia Vigil, administrativa de 34 años. "Hoy el asfalto ha sido nuestro", concluía.
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